En desprestigio agoniza el curso escolar

Algo le pasa a los maestros que deben ser ejemplo de honestidad en los exámenes, pero se han dedicado a comprar las respuestas.

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Muy desubicado y confundido quedó el magisterio nacional con la nueva política educativa planteada por el Gobierno federal.

El radical cambio de estrategia con las constantes y agresivas amenazas de quitarles su plaza a aquellos maestros que no pasen la Evaluación Universal con un mínimo de siete se vio reflejado en las actitudes negativas adoptadas por los maestros, no sólo en contra de la autoridad educativa, sino también en los procesos de evaluación como la prueba Enlace y Carrera Magisterial.

Para quienes conocen de cerca el ejercicio docente, no es nada nuevo que algunos maestros vendan su alma al diablo, al precio que sea, con tal de tener una copia de la prueba deseada o bien las claves de las respuestas correctas, pero nadie hubiera imaginado que esta corrupta práctica se extendiera masivamente a nivel nacional ¿Qué les está pasando a los maestros? ¿Acaso no son ellos quienes con el ejemplo deben predicar la honradez y la ética profesional?

Es un secreto a voces que los maestros de primaria al conocer con anticipación el plantel donde aplicarán la prueba Enlace, se pongan de acuerdo con sus homólogos para asegurarse la ayuda mutua que beneficie a ambos en los resultados. Hoy muchos fueron más atrevidos comprando la prueba para repartirla entre sus alumnos.

Otro modus operandi es integrar grupos de compañeros de confianza para “hacer una vaquita”, en la cual cada uno aportaría unos 300 pesos por la recepción, mediante correo electrónico, de una copia de la prueba o de las llamadas “claves” de respuesta del examen.

Ha sido una forma tan fácil de hacer dinero que ahora extendieron sus redes al examen de Carrera Magisterial, donde es un negocio redondo la venta abierta de la supuesta prueba por la módica suma de dos mil 500 pesos, inversión mínima si la comparamos con los miles de pesos que el maestro cobraría al promoverse a la siguiente letra.

Los tentáculos están latentes, pues, a la espera está la temida Evaluación Universal que al parecer no se aplicará a los maestros de secundaria como estaba prevista inicialmente para este fin de curso escolar.

Ya se pueden imaginar cuánto dinero pedirán cuando el maestro ponga en juego su permanencia en el servicio. Demos más seguridad y tranquilidad al maestro para que deje de hacer trampas.

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