Digo, para ser “La pareja imperial” (apodo que por su naturaleza solo se me ocurre que se los pudo poner El Perro Bermúdez), los Abarca que son la versión Región 4 de Bonnie & Clyde enseñaron de plano el huarache al irse a refugiar al rincón más macuarro y sin glamourque se encontraron.

Con el circo de pretensiones wannabes que se pueden detectar en los videos y fotografías que hay disponibles de los Sátrapas de Iguala (playeritas entalladas Hugo Boss de padrotillo, vestiditos de señora de Polanco venida a menos, casa de nuevos ricos con la conciencia intranquila), uno hubiera pensado que para emprender la graciosa huída hubieran elegido un lugar más ad hoc a sus alucines aspiracionales de Lobuki y Papalordcomo la Isla del Padre o New Jersey, pero solo a ellos se les pudo ocurrir la muy peregrina idea de irse a esconder a Iztapalapa. Mejor se hubieran ido a mover el esqueleto a Disco Beach en Kafkapulco.

En medio del madrugador operativo, sin duda producto de la presión social de Derbez, Saúl Hernández, El Chicharito y Thalía, lo mejor que se escucharon fueron los comentarios de Ángel Heladio (del que todavía no hay certeza jurídica de si tenía o no más orgullos de su nepotismo en la nómina que don Joe The Killer Abarca) y de su exsecretario de Salud, Lázaro Mazón, quienes al unísono se quedaron en Guerrero porque “el que nada debe, nada teme”. Algo que, curioso, siempre dicen los que todo deben.

Lo que se desató después fue la marejada de congratulaciones, felicitaciones y palmadas para las fuerzas federales por tan pertinente apañón. Algo bien merecido, pues mientras todavía estamos esperando a que La Tuta sea atrapado con las manos en la selfie, a los federales solo les tomó 35 días descubrir que la máxima aspiración de los Abarca de la Parca era ser vecinos de Juanito.

Así, con la tranquilidad del deber cumplido, todavía hay quien se queja de que el licenciado Peña se haya ido a China.

Por favor, si todos sabemos que con la caída de los Abarca el país se va arreglar, y que tomando en cuenta los niveles de eficiencia scotlandyardesca de la autoridad el problema será que en un futuro, ante la caída de capos, sicarios y canallas, no se diga los políticosmaiceados por el crimen organizado, las fuerzas justas de la justicia no tendrán nada qué hacer y terminarán tejiendo chambritas.

Ya la hicimos; nomás falta el pequeño detalle técnico del paradero de los 43 normalistas y resolver el milagro de la reproducción de las narcofosas. Casi nada.