Hoy se cumplen dos años de la toma de posesión de nueve alcaldes de Quintana Roo –Francisco Flota Medrano rindió protesta la noche del 11 de abril de 2011, como presidente del Concejo Municipal de Bacalar–, con condiciones novedosas porque el PRI ya no tiene el dominio total del tablero. De hecho, municipios como Benito Juárez e Isla Mujeres le han dado la espalda en más de una ocasión al partido que ha conservado ininterrumpidamente la gubernatura.

El mosaico partidista se ha alterado en municipios que le han dado la espalda al PRI, castigando de inmediato a la oposición y dándole otra oportunidad al tricolor, en una especie de ensayo y error fatídico, como ha ocurrido en Felipe Carrillo Puerto. En cambio, Cozumel fue arrebatado en 2005 por la coalición PAN-Convergencia, pero recuperado hasta ahora por el PRI.

En el sur, el municipio capitalino de Othón P. Blanco ha permanecido fiel al PRI, no precisamente por la calidad de sus candidatos, sino por la tibia participación de una oposición resignada al fracaso.

Alcaldes como el chetumaleño Carlos Mario Villanueva Madrid y Sebastián Uc Yam (Felipe Carrillo Puerto) ya no quieren saber más de esta competencia, ya que han sido doblegados por dolores abdominales y calambres a cada paso, contando las horas para el ansiado relevo con expresión de angustia.

De hecho, el hijo de Mario Villanueva ya cerró el changarro y tiene sus maletas en la puerta, harto de permanecer en una posición que en otro tiempo fue muy reconocida por la sociedad, y con un peso político significativo.

Otros, como Filiberto Martínez Méndez (Solidaridad) y Trinidad García Argüelles (Lázaro Cárdenas) solicitaron licencia y están haciendo ejercicios de calentamiento para saltar al Congreso, presumiendo buena condición física. Tulum se cuece aparte, ya que su alcaldesa original, la priísta Edith Mendoza Pino, permanece en la cárcel municipal acusada de malos manejos. Ha pasado a la historia como la primera ex alcaldesa en prisión, y en un municipio debutante. 

Y para rematar, en Cancún se libra una batalla de pronóstico reservado, ya que su enorme poderío político y financiero es fortalecido por la acumulación de distritos arrebatados a otras zonas del estado, incluido Chetumal. De hecho, Cancún es obsesión para un PRI que se juega el todo por el todo este 7 de julio.

Hoy no hay mucho que festejar en gran parte de los municipios, ya que exhiben sus miserias porque su margen de maniobra es reducido, estrangulados como Othón P. Blanco y Felipe Carrillo Puerto. 

Con sus excepciones los presidentes municipales han sido colocados contra las cuerdas por las dimensiones de un desafío que muchos de ellos complicaron con sus acciones desatinadas, pagando las consecuencias.