Encuentros fortuitos

Una razón para leer en voz alta es compartir lectura con quienes no saben descifrar los signos que forman las palabras...

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La felicidad está donde la encuentras, muy rara vez donde la buscas.- Petit Senn

A la Orilla del Viento es la Colección del Fondo de Cultura Económica destinada a publicar textos “para los que están aprendiendo a leer”, dentro de su catálogo encuentro el libro Las golosinas secretas, de Juan Villoro, con ilustraciones de Mauricio Gómez Morín.

La biografía del autor que aparece en la contraportada está dirigida a un público lector más interesado en “el ser” que en “el tener”, por ello, se obvian tanto los premios literarios obtenidos, como la extensa lista de títulos publicados, resumiendo la vida del escritor de la siguiente manera: “Nació y vive en México. Es tan alto, que tiene que encargar camas especiales. Escribe novela, cuento y ensayo. Es un gran lector y un excelente conversador y ha publicado tanto en México como en España”.

Una razón para leer en voz alta es compartir lectura con quienes no saben descifrar los signos que forman las palabras. Leer para otros tiene su encanto, la aventura solitaria se convierte en expedición donde se descubren mundos, se nombran objetos desconocidos, se aprende un lenguaje nuevo que servirá de referente, de código secreto guardado en la memoria para usar cuando haga falta, ya que las páginas de los libros evocan no sólo personajes e historias, sino tiempo compartido,  disfrutado con quienes nos contagiaron el gusto por leer.

Te presto un pedacito de la historia del libro de Villoro para que se lo leas a alguien: “Cuco y Fito eran excelentes devoradores de golosinas. Siempre tenían un caramelo en la boca. Como todos los niños de la colonia, estaban enamorados de Rosita. Cada vez que la veían, se atragantaban de la emoción y tenían que correr a la tienda de don Silvestre a tomar refrescos de emergencia”.

A veces el encuentro más importante que se produce al leer no es el del libro con su lector, sino el del lector con sus escuchas.

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