Energética, la reforma fundamental

El Presidente está decidido a sacar esta reforma y ha hecho saber que utilizará todo su capital político.

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Son unos turistas de la realidad. Florestán

Ya no debe quedarle duda a nadie, al menos no a mí: la reforma energética es la prioritaria en el catálogo del presidente Peña Nieto.

A lo largo de estas semanas he visto cómo se ha ido moviendo en el tema de los costos a pagar a la oposición por esa reforma, costos que no se vieron en la educativa, ni en la de telecomunicaciones, ni siquiera en la hacendaria, cuyos últimos ajustes son parte de ese precio.

Partiendo del peso que Peña Nieto le da a esa reforma, ha cedido en aspectos de la iniciativa político-electoral, por ejemplo, en la reelección de legisladores, quizá de alcaldes, con tal de asegurar el voto del PAN, con el que irá en este proyecto, y quizá jalar algunos pocos votos o algunas ausencia de la oposición de izquierda, para reunir los votos necesarios para la modificación constitucional.

El Presidente está decidido a sacar esta reforma y ha hecho saber que utilizará todo su capital político, que asumirá todos los costos políticos y personales, y se moverá un poco más allá de lo que pensaba cuando era gobernador del Estado de México, en especial en la política, para lograrla, aunque no en la segunda vuelta de la elección presidencial.

Mientras tanto, la oposición se mueve y capitaliza. El PAN promoviendo, y cobrando, la energética, pero rechazando la hacendaria por un cálculo estrictamente electoral en dos vertientes: la reelección de Gustavo Madero al frente del partido y los procesos de 2015, donde se renovarán ocho gobiernos estatales, congresos y alcaldías en 16, delegados y Asamblea del Distrito Federal y la Cámara de Diputados.

Para entonces el PAN, en su estrategia de recuperar el voto de las clases medias y empresariales que perdió durante los últimos doce años en Los Pinos, se presentará como su defensor y quien se opuso, sin éxito en los resultados, pero se opuso, al alza de impuestos que endosará a PRI y PRD.
Pero mientras Madero y los suyos hacen el cálculo electoral, Peña Nieto mantiene como prioridad la reforma energética.

Ya luego verá lo electoral, el 2015… el 2018.

retales
1. Regreso. Se complica el regreso de Fausto Vallejo al gobierno de Michoacán tras la licencia para su transplante de hígado. Ya pasaron quince días y no volvió en los tiempos que calculaba;

2. Silvano. Hablando de Michoacán, crece el proyecto del diputado Silvano Aureoles, que ya fue candidato del PRD la elección pasada. Desde San Lázaro se ha relanzado y reenergizado; y

3. Medalla. La semana que viene se resuelve el desatino de la medalla Belisario Domínguez, el más alto reconocimiento que otorga, vía el Senado, el Estado mexicano. Los finalistas son dos casos post mórtem: el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, que apoya el PRI, y Alonso Lujambio, que apoya el PAN, pero no el PRD. Hay otras propuestas serias y otras que son una vacilada. 

Nos vemos mañana, pero en privado.

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