Enseñar y educar

Yo soy de la idea de que para enseñar se debe tener vocación, querer hacerlo y hacerlo por gusto.

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Hoy es Día del Maestro y me imagino que no habrá clases en muchas escuelas porque, pues no se exactamente por qué. Ya es normal que miles de alumnos no tengan clases porque sus maestros andan en alguna marcha, o reunión de zona, o festejo de algo. 

Lo cierto es que en México el ser maestro es, al mismo tiempo, motivo de admiración y de repudio. Los profesores, junto con los médicos, gozan de una buena percepción de por sí, sin hacer nada. La gente los percibe como buenos, solidarios, modelos a seguir. Sin embargo, al pensar en maestros, se nos vienen a la mente las marchas, el cierre de calles, los conflictos, etc. ¿Cómo es esto posible? 

Bueno, todos recordamos a nuestros maestros con cariño y esa asociación es la que nos hace tener una buena opinión; la mala percepción viene de los que no conocemos. 

Yo soy de la idea de que para enseñar se debe tener vocación, querer hacerlo y hacerlo por gusto. Un buen maestro cambia las vidas de las personas. La maestra Anita me dio clases en segundo de primaria y gracias a ella descubrí que me gusta aprender, lo que sea. Ella fue quien le recomendó a mis papás meterme a clases de todo para desarrollar mi mente y hoy, a unos cuantos años de distancia y con unas pocas cosas aprendidas, le reconozco y agradezco su dedicación. Así que cuando pienso en UN maestro, pienso en ella; pero cuando pienso en LOS maestros, pienso en aquellos que secuestran ciudades y están en contra de las evaluaciones y de la educación de calidad. 

Son LOS maestros los que nos están haciendo mucho daño, porque han logrado convertir a la enseñanza en una mafia. Son los que no fomentan el interés por aprender, los que no se preparan para enseñar y los que ven a la educación como una forma de beneficio personal sin darse cuenta de que sólo con educación podremos llegar a ser un país desarrollado. 

Es increíble asistir a una clase y escuchar al maestro con una pasión tal que contagia a sus alumnos y les educa a pensar, a analizar y a sacar conclusiones y no nada más a repetir. Es muy satisfactorio para quienes hemos dado clase alguna vez seguir en contacto con los alumnos después de terminado el curso y que ellos tengan la confianza de pedir consejo o alguna asesoría. Educar es una gran experiencia y quienes lo hacen son dignos de todo reconocimiento y admiración. 

Chisme de elección: Escuchaba esta semana una entrevista a Carlos Carvajal, candidato del PRD a la alcaldía de Mérida. Él decía que uno de los problemas graves de la ciudad, que nadie ha querido tocar, es la prostitución. 

De repente, sin saber cómo ni por qué, empezó a dar direcciones, santos y señas de dónde se encuentran las zonas rojas, incluidos nombres de hoteles y cruzamientos de calles. 

Nunca dijo cómo iba a combatir el problema, pero si demostró un gran conocimiento del tema.

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