Entierros en un basamento maya de Mérida (2)

Los 43 entierros humanos que se encontraron no estaban depositados dentro de cistas.

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La experiencia de estar frente a 43 entierros humanos ha sido única, después de muchos años de realizar exploraciones arqueológicas. 

Pero algo fuera de lo normal fue el hecho de que los entierros no estaban depositados dentro de cistas. 

La cista es algo así como una caja hecha con piedras, con grandes piedras aplanadas o lajas colocadas en forma vertical, de tal modo que en su interior cupiera un cuerpo humano.

La parte superior de la cista se cubría con otras lajas grandes  colocadas de forma horizontal que funcionaban como la tapa. Esta es la forma común de los enterramientos prehispánicos. 

En este caso, ninguno de los cuarenta y un entierros tenía cista. Entonces la cosa se pone más interesante y compleja. 

Observamos a detalle la tierra que estábamos cribando para recoger todos los datos posibles. Entre los huesos humanos y entre la tierra aparecieron algunos botones, seguimos buscando y aparecieron algunos metales, pequeños dijes y anillos y fragmentos de tela, entre otros elementos asociados.

La edad de los individuos enterrados oscilaba entre 3 años y 75 años. Nos llamó mucho la intención que dos individuos fueron enterrados de manera extendida y tomados de la mano. 

La información relacionada con los materiales y la disposición de cada uno de ellos, así como los patrones de enterramiento que recuperamos, nos estaban indicando que no se trataba de enterramientos prehispánicos a pesar de estar dentro del relleno constructivo de un basamento prehispánico. 

Entonces tuvimos que investigar en los archivos, revisar actas de defunción de la hacienda, entrevistar a los vecinos de Hool, pero no había datos en el registro que nos llevaran a la identificación de las personas. 

Sin embargo, los vecinos nos narraban que durante las faenas en el campo, cuando fallecía algún trabajador, era enterrado sin ningún trámite y por la cantidad de restos encontrados era conocido el lugar en donde comúnmente enterraban a los trabajadores de la hacienda. 

Eso también explicaba el desgaste de las osamentas, fracturas en clavícula que soldaron mal porque los accidentados no guardaron reposo y otras patologías que los antropólogos físicos detectaron en análisis de laboratorio. 

Es así como en los procesos de trabajo arqueológico los especialistas se topan con muchas sorpresas para interpretar la historia.

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