Que las redes sociales y los medios de comunicación proclives a la CNTE- Morena intenten convencernos de la obvia mentira de que, a  pesar de sus bloqueos, el desabasto alimenticio y de combustibles  en Oaxaca y Chiapas es falso, faroleando sobre la ineficacia de su movimiento, puede verse como un síntoma de que la situación se ha entrampado para ellos, pues los daños que causan a la gente les han comenzado a envenenar el agua.

Que el Gobierno Federal, después de los sucesos de Nochixtlán, Oaxaca, se encuentre ante el dilema de usar la fuerza pública para desactivar los bloqueos, como exigen los empresarios, o que prefiera seguir haciendo llamados al diálogo como voz que clama en el desierto, tampoco significa otra cosa que los acontecimientos se han desencadenado hasta el punto de quedar entrampados, pues corre el riesgo de que el movimiento, todavía focalizado, pueda generalizarse por todo el país.

Y es que sobre la actuación de las fuerzas de seguridad, dado el humor social que prevalece,  la sociedad valora más el saldo blanco que la restitución plena de sus derechos a la libre movilidad, al abasto de bienes y el restablecimiento de servicios.

Porque, de entrada, el gobierno tiene todo para perder, como se demostró en el evento de Veracruz,  cuando se culpabilizó a Duarte de la presión que ejercieron los integrantes de los 400 pueblos contra  Yunes, Anaya y Creel, sin considerar los antecedentes del gobernador electo que como secretario de Gobierno orquestó la agresión que sufrió Cuauhtémoc Cárdenas en el café “La parroquia”, en su campaña presidencial, así como el encarcelamiento del líder de esa organización.

Y es que para los gobernadores electos la campaña no ha terminado y, antes que  restañar las heridas sociales, insisten en seguir agravando el deteriorado humor ciudadano, aumentando la crispación. Y dado que su principal, y en muchos casos única, oferta fue la prisión para sus antecesores, quieren allanar el camino para cumplimentarla fácilmente. De sus propuestas para mejorar las condiciones de sus gobernados nadie sabe nada.

¿Serán tan débiles nuestras instituciones de justicia que para su funcionalidad requieren del nombramiento de un incondicional del Ejecutivo, o se nombran incondicionales justamente para parcializar la impartición de justicia?  

Curiosa democracia la nuestra, donde el único programa consiste en destruir al adversario y aun habiéndolo derrotado en las urnas, se insista en exigir su renuncia; cinismo del vencedor al que se le cuecen las habas por comenzar a ejercer desde ya su poder personal, autoritario y punitivo. 

Sobre el entrampamiento entre CNTE-Morena  y Gobierno Federal, lo más seguro es que se resuelva como en los partidos trabados de futbol, donde el triunfo depende más de los errores del contrario que de los propios aciertos, de ahí la importancia de evitar las equivocaciones.