Entre sus páginas, nosotros

Conforme te adentras en la trama de 'Los días del arcoíris', la realidad que vives y la realidad literaria se fusionan.

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Algunas lecturas tienen el poder de engullirte en sus historias, desde las primeras líneas te convierten en  personaje de sus páginas, o quizá sucede lo inverso, y son sus personajes quienes comienzan a aparecerse, primero en tu casa, después por tu colonia, hasta que acaban por apoderarse de tu ciudad, del país. 

Mientras lees, los ves moverse entre los tuyos, camuflándose de ciudadanos y políticos, de activistas y apáticos, de dolor y esperanza. Conforme te adentras en la trama, la realidad que vives y la realidad literaria se fusionan, tu vida transcurre como si fuera una canción cantada a dos voces. Tu voz es la suya, y ellos usan tu voz. 

Desde la lectura de la contraportada parecemos ir cayendo hacia el centro mismo de nuestra propia vida: “Una novela de padres e hijos, maestros y discípulos que se las ingenian para devolver los colores y la música a una capital gris, [...] una bella historia real de ilusión y esperanza en tiempos difíciles. [...] con un acto imaginativo, lleno de humor, [los personajes] abren el camino a la libertad en un país cercado por la dictadura y el silencio”. 

Adentro de sus páginas, vamos caminando también por nuestra propia ciudad, en medio de su propia confusión y desinterés: 

“Por todas partes la suma de factores le daba el mismo producto: desánimo en la población, hábito a la dictadura, desesperanza confundida con tedio, actos heroicos y aislados de la resistencia pulverizados por el régimen...”.

“Sentía tal aversión hacia la apatía política de los chilenos que se preguntó si el suicidio del presidente Allende había tenido sentido en un país tan pusilánime. Así, practicando la justicia nos hacemos justos, y nuestra actuación en los peligros y la costumbre de sentir coraje o tener miedo es lo que nos hace a unos cobardes y a otros valientes”.

Una persona muy amada me dijo: como siempre sucede con la escritura, las palabras llegan, con plena sabiduría, en el momento justo. 

Así, Los días del arcoíris (Editorial Planeta, 2011) de Antonio Skármeta, esperará paciente tu lectura para llegar en ese preciso instante en que tu propia ciudad necesite de tu voz y de todo tu compromiso.

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