Epoca del terror

Estamos en una época en la que los acontecimientos recientes nos deben llevar a la reflexión seria y profunda sobre lo que queremos como sociedad. Aunque suene a cliché, somos más los buenos.

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Siempre hablamos de guerra y pensamos en historia, en cosas que ya pasaron y que no pensamos nos puedan pasar en estos tiempos, con tantos avances y tanta información. Y luego hay sucesos como los ataques en París de hace unos días y uno piensa que quizá sÍ sea una posibilidad real. 

Ha habido mucha polémica, especialmente en las redes sociales, sobre por qué nos preocupamos por los atentados franceses cuando en nuestro país a cada rato muere gente a causa de la inseguridad. Pero no se trata de darle más importancia a un muerto sobre otro, todos los muertos se respetan y nadie debería morir a causa de otros. 

Pero ese ataque, al igual que el de las Torres Gemelas de Nueva York, son actos de terrorismo por grupos radicales. El terrorismo es un asunto político, a los grupos terroristas les interesa desestabilizar países, por eso buscan objetivos con mucha gente, con mucha espectacularidad, que causen mucho dolor y que conviertan a naciones enteras en víctimas, directa o indirectamente. El terrorismo busca infundir terror.

En México no hemos llegado a esos niveles de terrorismo, tenemos inseguridad, mucha, a causa del narcotráfico principalmente. Y los narcos, hasta eso, no se han dedicado a atacar gente sólo por el gusto de atacar, sino más bien pelean una guerra con los involucrados. Por supuesto hay gente inocente que ha muerto, pero no es la consigna. 

Ambas situaciones son de miedo y preocupación. Ambas visiones nos afectan como sociedad y las dos cosas seguirán mientras no empecemos a tolerar a los demás: sus creencias, costumbres y pensamientos. 

A lo mejor usted dirá que no es su caso. Bueno, le invito a que reflexione cuántas veces ha juzgado a alguien por lo que hace. ¿Cuántas veces ha dicho de una mujer que es de moral ligera? ¿Cuántas veces ha discriminado a algún foráneo? ¿Cuántas veces ha dicho que los homosexuales están enfermos? ¿Cuántas veces ha dicho que un enfermo de VIH se lo buscó por andar de promiscuo? Todas esas situaciones demuestran poca tolerancia y todas ellas inician conflictos. 

La famosa frase de Benito Juárez: “El respeto al derecho ajeno es la paz” nunca ha tenido tanta fuerza como ahora. Cuando aprendamos a ser tolerantes, la ambición del poder a costa de lo que sea se irá desvaneciendo.  

De ninguna manera estoy justificando ni al terrorismo ni al narco. Nadie debería hacerlo y nadie puede defender lo indefendible. Estamos en una época en la que los acontecimientos recientes nos deben llevar a la reflexión seria y profunda sobre lo que queremos como sociedad. Aunque suene a cliché, somos más los buenos.   

Y eso nos debe llevar también a analizar bien a nuestros políticos, a los que toman las decisiones en nombre nuestro. ¿Qué visión tienen? ¿Qué valores tienen? Habrá que abrir bien los ojos.

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