En el mundo de la tecnología cada vez es más frecuente que las cosas que surgieron de la imaginación tomen forma física y en muchas ocasiones fascinante. Apenas hace unos días la sorpresa y entusiasmo me invadió de nuevo al leer en Milenio Novedades la creación de un vehículo eléctrico que se podrá convertir en robot, lo que hace comparar el dispositivo con unas viejas series de dibujos animados como “Mazinger Z” y “Evangelion”, o en más recientes como “Avatar”, en donde los humanos conducen las máquinas.

Ese es el rumbo que tomará el futuro, pienso: la transformación, pasar de una cosa a otra. Hay que destacar que desde hace algunos años vivimos la era de los multifuncionales, en donde un objeto normalmente puede realizar varias funciones. Un claro ejemplo son los teléfonos inteligentes o smartphones.

El robot del que le hablo será una versión avanzada del “Method 2” (puede buscar el diseño en internet), un prototipo con extremidades que mide 4 metros de alto, pesa una tonelada y media y en su torso se sitúa la cabina donde un piloto lo controla. El humanoide fue creado con el fin de ser empleado en lugares de difícil acceso o peligrosos para los seres humanos, “pero su uso será al libre albedrío”, dice Yang Jin-ho, presidente de Hankook Mirage Technology, empresa desarrolladora.

Hay que señalar que, por costos, lo primero que se desarrollará en el mundo de la transformación son las cosas pequeñas; sólo el año que concluyó recuerdo que los smartphones pudieron empezar a  ser también proyectores y próximamente podrán volar para tomar imágenes.

Dicen que el secreto para que funcionen los desarrollos tecnológicos es su accesibilidad y funcionalidad en la vida del ser humano común, así que no descartemos tener pronto zapatos que den masajes a los pies mientras los traemos puestos  o ropa que cambie de color (aunque ésta creo que ya existe), etc. Todo lo que se puede imaginar se podrá hacer realidad.

Le deseo que tenga un buen año 2017.