¿Es feliz el hombre que es alto?

Una conversación animada con Noam Chomsky es un filme a caballo entre el documental y la animación..

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¿Es feliz el hombre que es alto?: Una conversación animada con Noam Chomsky (Is the Man Who Is Tall Happy?: An Animated Conversation with Noam Chomsky) es un filme a caballo entre el documental y la animación, o mejor dicho, es un docudrama animado, cuyas características dan como resultado un montaje novedoso, un tanto experimental y sin embargo con una estructura tradicional que aprovecha el formato de la entrevista para insertar una estética imaginativa, al tiempo esclarecedora de los asuntos vertidos durante la charla y de todo lo contado durante la misma.

Esta conversación animada con Noam Chomsky es una aproximación de Michel Gondry (Francia) al universo del lingüista norteamericano, y, tal como su nombre lo indica, intenta darle un cariz diferente a la entrevista documental al reinterpretarla mediante la animación hecha por el propio director y que vio la luz en el 2013, aunque apenas se esté difundiendo en nuestro país.

El estilo de los dibujos es ingenuo, al valerse del conocido muñeco de palitos para ir ilustrando los conceptos que Chomsky va explicando –y desarrollando- a lo largo de la entrevista. La paleta de colores va desde el pastel a los colores eléctricos, lo que en conjunto llama la atención y le da un brillo particular a todo el intercambio que se va suscitando entre ambos de una manera un tanto informal.

Y justamente eso es lo mejor: la conversación transcurre de una manera natural, sin artificios o pautas previamente determinadas, yendo de un tópico a otro en un aparente desorden –justo como en las buenas charlas-, donde Chomsky lo mismo habla de su activismo político, como de sus costumbres, filosofía, su familia o, incluso, evita tocar temas que le son importantes, como lo es el de su fallecida esposa.

De esta forma, lo mismo se explican y comprenden conceptos desprendidos a partir del intercambio de ideas a la par de arrojar luz sobre ambas personalidades, cuyo tren de pensamiento saca lo mejor de ambos en este tete a tete indispensable para conocer los intereses, métodos y experiencias del buen Noam, cuya lucidez rampante es igual de deslumbrante que el talento de Gondry para mantenernos hora y media sentados viendo dibujitos.

Todo lo anterior viene a cuento debido a la visita reciente a nuestro país de Chomsky, pero sobre todo porque el filme ha sabido capitalizar el efecto “bola de nieve”, dando de qué hablar a la par de ir llegando a sitios e intelectos insospechados. Si no la encuentra en cartelera, búsquela.

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