Es la reforma en telecomunicaciones lo que me tiene extasiado

Los actores monopólicos saludan la llegada de nuevas televisoras; se crean órganos ajenos a los grupos de poder.

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Después de la elegante mad... que se metieron los equipos beisboleros de México y Canadá en el Clásico Mundial, que fue como la versión light de lo que todos los días ocurre en Reynosa, principio y fin de la hiperviolencia con narcorrecuerdo incluido, dio gusto ver a todos los actores de las telecomunicaciones unidos.

Un tema que resultaba más escabroso y laberíntico que una plácida tarde en Kafkapulco, milagrosamente, sin la querida presencia de los operadores calderónicos, se destrabó para dar paso a una hermandad. Lo que parecía reforma chica infierno grande, dio paso a una geografía paradisiaca donde todo es concordia: se abre paso a la competencia, siempre y cuando no sea desleal; los actores monopólicos saludan la llegada de nuevas televisoras; se crean órganos ajenos a los grupos de poder y a las ambiciones malsanas, no se diga al tráfico de influencias, se lucha contra la publicidad engañosa...

Es tal la concordia y la pacificación en un espacio que parecía la concatenación de las víboras prietas, que no sería mala idea mandar a todo este bonito grupo de actores a arreglar los conflictos entre las dos coreas, hacer que Maduro y Capriles se hagan amiguis y, quizá la tarea más hercúlea, sacar al Cruz Azul de la barranca.

El cónclave del Pacto por México salió más chido que el del Vaticano, donde no hay voluntad política ni operadores chuchísticos que a todo dicen que sí.

Ya no hay jaloneos por el espectro radioeléctrico, no más histeria por el triple play, abajo las molestias por el hórrido servicio, pues se promete que el mayor beneficiario será el consumidor en este nuevo mundo de caramelo de la telefonía, la radio y la televisión.

Si me dieran un dólar por cada vez que he oído eso viviría como los hijos de Robero Deschamps. Los mexicanos estamos tan acostumbrados a la mala vida que, en medio de las celebraciones por este magno logro, nos conformaríamos con que no se caigan las señales, que no imperara la lógica que-pase-el-desgraciado, y que a la clientela no la traten como al Canaca.

Claro que ante tanta maravilla, seguramente los nuevos medios se distinguirán en sus propuestas de los machos alfa y los depredadores dominantes hoy convertidos en hermanitas de la caridad. Neta. El médium será el mensaje. 

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