La reforma energética que propuso el presidente Enrique Peña Nieto hace un par de semanas suma unas 29 páginas y nombra 18 veces al presidente Lázaro Cárdenas.

La reforma energética que propuso días más tarde el PRD suma 93 páginas y nombra al presidente Lázaro Cárdenas solo cinco veces.

La primera propone modificar dos artículos constitucionales (27 y 28) para permitir la inversión extranjera en contratos de utilidad compartida para toda la cadena energética desde la exploración a la refinación.

La segunda se opone terminantemente a tocar ambos artículos y pide más explicaciones sobre la necesidad del gobierno federal de modificar el artículo 28 que, según el PRD, abriría la puerta a vender todos los activos y bienes de Pemex y CFE al cancelar en la redacción del mismo la condición de ‘áreas estratégicas’ a los hidrocarburos y a la electricidad por parte del Estado mexicano.

“El petróleo y la electricidad quedarán a la altura de la elaboración de corbatas, golosinas o comida chatarra… Esa será su condición legal”, me dijo en una entrevista esta semana el propio Cuauhtémoc Cárdenas.

Pero si uno navega las dos iniciativas hay una parte donde ambas coinciden: en la despetrolización de las finanzas públicas y de tratar a Pemex como una empresa y no como un organismo de gobierno generador de dinero fresco para las arcas nacionales. Ambas propuestas dicen lo mismo, pero con diferentes palabras. Esto mismo se lo pregunté a Cárdenas. “Sí, estamos de acuerdo en eso. Es lo que hemos venido diciendo nosotros desde hace mucho tiempo, pero para eso no hace falta cambiar la Constitución”, me contestó sin salirse un segundo de su discurso.

Traté de insistir con el tema de que en ambos proyectos se busca una reforma fiscal para Petróleos Mexicanos. Es más, las dos propuestas tocan en un punto el Derecho Ordinario sobre Hidrocarburos (tasa que actualmente se cobra sobre ingresos netos de Pemex). La propuesta del gobierno es eliminarlo y cambiarlo por una regalía más baja; el PRD propone reducirlo gradualmente de 71.5% a 62.5%.

“Podemos estar de acuerdo, es decir, nosotros también estamos haciendo una propuesta para modificar el régimen fiscal de Petróleos Mexicanos, pero para eso no hace falta reformar ni el artículo 27 ni el 28”, me insistió una vez más.

En todo lo demás hay diametrales diferencias, pero en la parte financiera, en ese puntito fiscal es donde sí se encuentran y se ponen de acuerdo PRI y PRD, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Enrique Peña Nieto.

Twitter: @ba_anderson