Pareciera que con el calor los vehículos se vuelven más inestables, o sus conductores, pues es impresionante la cantidad de autos y camiones volcados, muchos de ellos con las llantas para arriba, pero esto tiene una razón de ser: la falta de educación vial de los conductores; una cosa que es impresionante es la cantidad de vehículos que al estallarle una llanta terminan de cabeza.

Algo anecdótico fue lo que me sucedió hace ya unos treinta años, cuando venía de la Ciudad de México y ya sobre el tramo que atraviesa Veracruz, al estar rebasando un camión de pasajeros, a unos 100 km/h, un bache hizo estallar la llanta delantera derecha de mi coche y simplemente agarré fuertemente el volante, quité el pie del acelerador, el camión me rebasó y regresé al carril derecho, y cuando la velocidad disminuyó me orillé y finalmente frené; la llanta y el rin fueron pérdida total. 

Desgraciadamente, en Mérida pocos son quienes han leído un manual del conductor, en donde están todas las recomendaciones de cómo reaccionar y qué hacer en caso de eventualidades como el estallido de una llanta. 

Ver a los conductores en nuestra ciudad circulando con exceso de velocidad y sin guardar la distancia adecuada simplemente da pavor y explica la cantidad de carambolas que padecemos por todos los rumbos, amén de un sinnúmero de choques por alcance entre dos vehículos.

De las motos mejor ni hablar; me gustaría se hiciera un pequeño examen a todos los conductores de moto, especialmente los repartidores, para tener un marco de referencia de la incapacidad de los motociclistas para, no sólo no exponerse, sino sí respetar a los demás en aras de la seguridad.

Y los peatones son un tema que merece un importante apoyo; no cuentan con banquetas seguras y amplias, no tienen sus cruces peatonales adecuadamente señalizados e iluminados, y en ellos muchos se sienten los dueños del mundo, cosa que tendrían que entender que no es así, ya que es importante que sepan cuándo y cómo cruzar por los espacios destinados a ello, sobre todo en las vías de alta densidad vehicular. 

Hay mucho por hacer en un espacio vial cada vez más saturado, un pequeño capítulo de las carencias urbanas que deberá enfrentar nuestro próximo alcalde.