Esquire y Pablo Ferri Tórtola, una cátedra de periodismo

El reportaje escrito por Pablo Ferri Tórtola desvela que el 30 de junio en Tlatlaya, Estado de México, los soldados masacraron a 22 de personas, lo que lanza al basurero los comunicados oficiales del Ejército y el gobierno de Eruviel Ávila.

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El lunes comenzará a circular, por fin, la edición Latinoamérica de octubre de la revista Esquire. Por fin, pues desde el 18 de septiembre, un adelanto del reportaje central ha provocado una reacción en cadena que perfila marcar un antes y un después en la historia del Ejército mexicano. Así.

Bien se sabe ya que el reportaje, escrito por Pablo Ferri Tórtola, desvela que el 30 de junio en Tlatlaya, Estado de México, los soldados masacraron a 22 de personas, lo que lanza al basurero los comunicados oficiales del Ejército y el gobierno de Eruviel Ávila.

Sistemáticamente desde 1997, he sido enemigo declarado de los trabajos que se sustentan en fuentes anónimas. No es el caso del texto de Ferri Tórtola, quien por comprensible decoro, cambia los nombres de sus fuentes, perfectamente identificables: Julia es la mamá de Érika Gómez González, la niña de 15 años ejecutada en la bodega de Tlatlaya; Juan y David, los hermanos de Érika; Juan, el padre; la señora Juana, la abuela.

Es impecable la reconstrucción. Y tan valiosas como el testimonio de la ejecución son la descripción del 102 Batallón de infantería del Ejército, una suerte de Tiger Force mexicano infiltrado por los criminales, y la narración sobre el reinado de un capo, El Señor Pescado, en la región Arcelia-Tlatlaya.

A partir del lunes, Esquire entregará al periodismo otro trabajo de excepción en sus 80 años de vida. Uno que termina así: “Julia recordó el último cumpleaños de Érika, que celebraron en el restaurante Romario de Arcelia. Como si fuera un buen recuerdo, como algo que iba a recordar para siempre, Julia nos dijo que a Érika le gustaban las mojarras fritas”.

Felicidades. 

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