¿Esta cuaresma, estás buscando a Dios?

Hay que tener cuidado con el ejemplo que das, pues tus huellas son para tus hijos la Biblia.

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Quizá uno de los más temibles pensamientos, el más temible acaso antes de morir, sea éste: “¡He vivido en vano!” Bueno es tomar en cuenta esta frase de Amado Nervo para vivir la Cuaresma. También, siempre es bueno preguntarnos si hoy hicimos algo bueno por nuestro prójimo. Eso es ser buscadores del bien, ¡buscadores de Dios!

Hay que tener cuidado con el ejemplo que das, pues tus huellas son para tus hijos la Biblia. Siempre debemos enseñar con el ejemplo y no con las palabras. “Sabemos mucho, pero no aplicamos lo que sabemos”. ¿Sabes que la oración no cambia a las cosas?, pero sí ayuda a cambiar a las personas. ¿El día de hoy, rezaste por tu enemigo?

Todo lo anterior nos pone una meta: esta Cuaresma hay que ser buscadores de Dios, generadores del bien y estar siempre atentos a los llamados que Dios nos da. Sabemos de Dios, pero no convivimos con Él; todos tenemos sed de Dios, pero rara vez tomamos a Dios.

Estamos llenos de cobardía, pues no expresamos lo bello que tenemos de la vida. Somos portadores del amor divino y nunca le damos un beso y un abrazo a nuestra pareja, y menos a los hijos que ya crecieron y se hicieron hombres. 

Tenemos el don de consolar y dar afecto, así como estimular al que sufre, y no se lo damos ni siquiera a nuestra pobre madre, que vive sola y llamándonos por teléfono, pidiendo migajas de nuestro amor y un poco de nuestro tiempo, que le damos al Dios-dinero, pero nunca a la pobre anciana que desea un poco de compañía.

Somos grandes, sí, pero grandes en egoísmo, incapaces de manifestar afecto por nuestro trabajador, aunque somos expertos en explotarlo y sacarle provecho en su tiempo, dándole unos centavos como paga por toda su entrega sin condiciones.

Para ser feliz no basta con querer serlo, hay que esforzarse para serlo, pues el mayor obstáculo para nuestra felicidad es pensar que ésta no se encuentra en nuestro destino. Ser congruentes en esta Cuaresma, y ser buscadores de la felicidad es ser buscadores de Cristo. Porque Él siempre nos orienta, nos da su luz, llena nuestra vida con su amor y su calor, ¡es el camino, la verdad y la vida!.

Es bueno hacernos la pregunta: ¿cómo se manifiesta Dios en mi vida para poder buscarlo y aprovecharlo? Tal vez ese Cristo hoy pase a tu lado, y tú no te des cuenta, tal vez sea la llamada por teléfono de tu madre que no escuchaste, la sonrisa de tu hijo que no notaste, y la palabra de tu esposa que no valoraste. Hay que estar siempre en búsqueda de Dios, y estar receptivo a encontrarlo en nuestro entorno.

“La verdadera ceguera del hombre consiste en no poder ver hacia adentro, en lugar de ver hacia fuera”. Tenemos todo en nuestra vida para ser felices, pero no aprovechamos nada. Deseamos toda la felicidad del mundo y está a nuestro lado, pero somos ciegos al amor. Cristo te invita esta Cuaresma a ser buscador de Dios.

Caminemos junto a Cristo en su calvario, ofreciendo por él nuestras penas y dolores, haciendo ayuno y oración, y demos nuestro servicio al que más lo necesita. Tal vez con un poco de amor, en esta Cuaresma, lograremos ser difusores del amor de Jesús.

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