Está Maduro, pero para caer
Maduro por lo pronto solo puede ser echado por los militares, inclusive los favorecidos por el chavismo.
Junto con la imagen del líder opositor Leopoldo López entregándose a sus enemigos, la joven Génesis Carmona con un tiro en la cabeza ilustra lo ineficiente y peligroso que se ha tornado Nicolás Maduro.
La imagen de esa mujer (Miss Turismo Carabobo 2013, de apenas 21 años) desfallecida, herida en una marcha de simpatizantes del otro fuerte opositor, Henrique Capriles, emblematiza el hartazgo de los jóvenes resueltos a protestar en las calles contra el hitlerito a quien Hugo Chávez legó su pachorrera tiranía.
Leopoldo López y Henrique Capriles, sin embargo, no parecen ser quienes consigan la caída del tiranuelo, pues las próximas elecciones presidenciales en Venezuela van para largo y ninguno de ellos, contra lo que imagina su paranoico verdugo, está en aptitud de encabezar una revolución.
Maduro por lo pronto solo puede ser echado por los militares, inclusive los favorecidos por el chavismo, ya que hasta en los cuarteles es evidente que el difunto estaba menos descocado (en todo hay tamices) que el mequetrefe Nicolás Inmaduro.