La Comisión Nacional de los Derechos Humanos asegura que los primeros dictámenes médicos reportan que Enrique Hernández “no presenta lesiones contemporáneas”. Es decir, que no fue torturado.

Muy distinto es el testimonio de Guadalupe Hernández, la esposa de Enrique, líder de las autodefensas de Yurécuaro, detenido el 31 de marzo como presunto autor intelectual del asesinato del presidente municipal de Tanhuato, Gustavo Garibay, quien presuntamente se negaba a sumarse a las autodefensas.

Nos dijo la señora Guadalupe, integrante también de las autodefensas de Yurécuaro:

—No me han dejado verlo para nada, ni recibe llamadas ni hemos recibido llamadas de él. No han permitido visitas. Pienso que es por el estado en que lo tienen de golpes y torturación. Los únicos que lo han visto son su abogado y los de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y los de la Comisión de Derechos Humanos de Michoacán. El abogado me dice que está muy mal, que sufre lagunas mentales, que fue torturado con la mentada bolsa, no sé cómo usen esa bolsa; que le quemaron los testículos, trae golpes en su cuerpo, que su cuello muestra marcas y que va a perder el sistema auditivo izquierdo.

Quizá hoy mismo, la Comisión de Derechos Humanos de Michoacán presente las conclusiones de sus peritajes psicológico y médico. Testículos quemados, nueve días de incomunicación. Pienso que no será difícil discernir qué es lo que realmente ha vivido Enrique Hernández y qué no.

Sería muy grave conocer que la guerra de Michoacán se está ganando con las peores prácticas.