Pues con la novedad de que todo el mundo anda a las carreras por los fines de curso, primeras comuniones, graduaciones y anexas; lo que es sorprendente es ver y escuchar cómo se queja la gente de que no hay lana, de que está terrible la cosa, pero haces una mirada y hay dos mil fiestas por todos lados, celebrando lo antes mencionado; entonces ¿hay o no hay lana? Yo no sé si hay o no, pero lo que es una realidad es que este mes de julio, el llamado por un súper como julio regalado, vino cargado de muchas cosas, unas que nos traen un sabor amargo para la boca, como el aumento a la gasolina, la verdad no entiendo quiénes son sus asesores del presidente, porque dijo hasta el cansancio que uno de los beneficios de la Reforma Energética era que ya no aumentaría la gasolina, y empieza este mes con un incremento que hasta nos hizo fruncirnos.

Como dice el dicho: el pez por la boca muere, porque no sólo el presidente, también el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, se comió sus palabras, porque, en los tiempos cuando Felipe Calderón era presidente, Videgaray hizo un llamado al entonces mandatario para que en vez de que entregara vehículos nuevos, dejara de subirle el precio a la gasolina, por eso no es bueno escupir para arriba. Y la cereza del pastel la dan al anunciar el aumento a la luz eléctrica; entonces cuáles son los beneficios de la reforma. Como dice el Buki: ¿a dónde vamos a parar? 

Pero vino el rumor que se hizo realidad: resulta que el que era director de la Comisión Federal de Electricidad, Enrique Ochoa, es el nuevo presidente sustituto del PRI nacional por la salida de Manlio; mare hija, entonces al que nos enchufó el último aumento es al que va a mandar el PRI a pedir los votos en las próximas elecciones. Me late que va a ser como la estaca de Chicoché: solito salta y se ensarta, masinó que sí.