Europa: anatomía del fracaso
La Zona Euro se tambalea y la misma subsistencia de la Unión Europea se ve amenazada por las advertencias del abandono de uno de sus miembros clave: Gran Bretaña.
Ver las claves de esta lamentable crisis no es fácil, no puede ser resumida en uno o dos puntos; sin duda la burbuja inmobiliaria de estas naciones es un elemento clave pero a su vez también es el resultado de una pésima política de planeación social.
Los elementos demográficos también han tenido su rol, a saber: el envejecimiento de la sociedad a causa de la baja tasa de natalidad y el flujo migratorio descontrolado y sin verdaderos estudios de impacto que también ha mermado el sistema de seguridad social de Europa; como dicen por ahí: no hay cama pa’ tanta gente.Es ahí donde me gustaría hacer hincapié: el sistema de seguridad social. España por ejemplo es un país que siempre ha sido objeto de burla por la baja productividad de sus trabajadores, vacaciones interminables, santos y días festivos unos tras otros; además de la holgazanería que suele motivar en las mentes débiles el saberse protegidos al 100% por el “papá estado”.
He conocido personas que se han dado el lujo de pasarse años sin trabajar y subsistiendo de la seguridad social.
El estado abrumado por la carga que implica su propio funcionamiento y por mantener todo un andamiaje paternal y sobrealimentado de asistencia ha terminado por endeudarse más allá de su capacidad financiera con el consiguiente colapso del sistema monetario tras el anterior colapso del sector privado. Es un círculo vicioso que involucra la baja productividad que a su vez implica el cierre de negocios, de ahí el desempleo (26% en España, el mayor desde la Guerra Civil) lo que da poca capacidad de pago al ciudadano de a pié, éste al no gastar pues no se “recircula” el dinero ni se pagan impuestos y se engrosan las filas de desempleados que viven de la seguridad social a cargo del ente más arruinado de todo este embrollo que es el estado.
A veces nos da envidia el sistema de seguridad social que tienen los países del primer mundo (yo creo que ahora más bien son el segundo mundo, del que nadie habla). En efecto, tenemos mucho que mejorar y el papel del Estado receptor de impuestos siempre debe ser proteger al desvalido, pero no al descarado. Se debe implementar un sistema de seguridad social inteligente que no suprima la voluntad de superación de los individuos ni cree parásitos viviendo a costa del gobierno, Ronald Reagan dijo una vez que lo peor que le pueden decir a una persona es: “soy el estado y vengo a ayudarte”.Europa está en estos momentos en una de las peores encrucijadas de su historia, por suerte en estos tiempos los líderes se eligen y son estudiados y cosmopolitas, pues en los tiempos de antaño se hubieran liado a cañonazos unos contra otros.
PS: Dan vergüenza los venezolanos con su farsa del zombie reelecto