No estimes el dinero en más ni en menos de lo que vale, porque es un buen siervo y un mal amo.- Alejandro Dumas 

Una de las primeras actividades que hacemos los emprendedores es la elaboración de la misión, visión, valores, objetivos y metas del negocio. Cuando estamos comenzando con una empresa nos convertimos en románticos de las letras y escribimos lo que mejor se ve y no lo que debe o tiene que ser. 

Visionamos carretillas de dinero entrando a la caja de la empresa, expediciones de cheques para pagar mobiliario y espacios cada vez más lujosos ubicados en las torres más altas de la zona y comenzamos a descuidar el objetivo principal del negocio que es mantener su funcionamiento. 

El éxito de un negocio no es cuánto dinero me dejó para gastar, recordemos no podemos ser “empresarios lecheros”; el éxito del negocio es lograr su funcionalidad, generar empleos y tener la suficiente inteligencia financiera para reinvertir las utilidades de la empresa para lograr posicionarla y conseguir el éxito de la misma. Siguiendo estos pasos indirectamente la empresa nos va a dejar un sueldo que va a ser nuestra remuneración por lograr el funcionamiento de la misma. 

Recuerda: no trabajar por dinero, sino trabajar por pasión a lo que te gusta hacer.