“Marín, Marín: solo tienes que hacer una columna cada semana; venir los lunes a la planeación y los jueves para las cabezas de portada. Y eso sí, darnos también tres, cuatro grandes golpes de los que sabes dar… ¡al año, cabrón!”

Al escuchar a Ciro (abril del 99, mientras caminábamos frente al parque Lincoln de Polanco, en la calle Emilio Castelar), pensé: “Ya chingué”, y poco después inauguré en MILENIO Semanal El asalto a la razón (original del marxista Georg Lukács) con el texto: Ganar la calle.

Desde entonces, a Ciro lo responsabilizo de la trampa ocupacional en que caigo cada día, aunque siempre haciendo lo que más me gusta: periodismo con carácter.

Anoche Ciro dijo adiós a cinco años de MILENIO Televisión, proyecto que sin él sería impensable.

Gozosa, nuestra relación empezó en el 94 y no tiene para cuándo acabar.

Le choca que le diga que fundó la colonia Pensador Mexicano, pero no tanto saber que con nadie nunca he trabajado mejor que con él.

De antología sus “Que se joda Oaxaca“, “El pueblo bueno”, “La generación del fracaso”.

Y, por inteligente, jamás dijo: “Este año sí gana el Cruz Azul…”