Con el tema de la inseguridad como coartada y un número impreciso de marchistas que caigan en la provocación, una rediviva, pretenciosa y desconfiable Coordinadora Morelense de Movimientos Ciudadanos pretende tumbar al gobernador de Morelos, el perredista Graco Ramírez.

La manifestación está programada para mañana martes cuando, según los promotores, se cumplen 18 meses de que “como candidato” (hace año y medio protestó el cargo) el mandatario se comprometió a disminuir los índices de criminalidad en el estado.

Impulsan el derrocamiento: un empresario inmobiliario (Gerardo Becerra Chávez) que capotea denuncias por fraude, escribe una columna semanal en un diario local y colaboraba con el candidato del PRI a la gubernatura (Amado Orihuela), derrotado en las urnas por el perredista; el secretario general del sindicato del sector estatal de Salud, Gil Magadán Salazar, afectado por el empeño de la administración morelense para terminar con el comercio de plazas; Víctor Hugo Valdés, hasta la semana pasada secretario de Seguridad Ciudadana del municipio de Cuernavaca (dejó de serlo al instituirse el mando policiaco único), proveniente de la alcaldía panista de Adrián Rivera.

El transportista Dagoberto Rivera, con inexplicables decenas de concesiones de autobuses y taxis (casi 80), amenazado en su negocio por la planeación del Morebús (variante del Metrobús defeño), así como los diputados, uno panista, Luis Miguel Ramírez Romero, y el otro perredista (de la corriente de René Bejarano), Andrés Eloy Martínez, quien se presenta como “astrónomo y científico ciudadano” y se promueve para viajar en una expedición… ¡a Marte!

Para efectos mediáticos, los convocantes afirman que quieren manifestarse “al igual que lo han hecho los transportistas, médicos, enfermeras y otras organizaciones sociales”, porque “llegó la hora de decir: fuera Graco…”.

Uno de quienes han pintado su raya con la convocatoria es Javier Sicilia, quien dice que se trata de una convocatoria “partidizada”.

“Está bien que pidan la renuncia de Graco”, dice, pero deben exigir las de los alcaldes de los 33 municipios. “Eso se debería de pedir, para ser coherentes, porque la salida de uno no resuelve nada…”, comentó. “Vimos salir a Carrillo Olea, vimos salir al frívolo Sergio Estrada. ¿Se solucionó algo? Que se vayan todos”, ironizó.

La propaganda para la marcha contra el gobernador habla de Morelos como un estado de desastre, ocultando cifras como la desarticulación, tan solo en 2013, de 52 bandas criminales y 15 en lo que va de 2014. 

Sin restar importancia al hecho de que la entidad está entre las cinco donde más se concentra la violencia, sobre todo el secuestro, cabe resaltar que 90 por ciento de este grave delito es de los llamados exprés, y se comete con mayor incidencia en el área conurbada de Cuernavaca (cuya alcaldía priista no envió a sus policías a sortear las pruebas de confianza), Temixco (administración perredista que tampoco expuso a sus agentes a presentar examen) y Jiutepec (perredista que sí los envió, pero todos reprobaron).

El golpe contra Graco, por lo mismo, no prosperará.