Financieras con apetito de tiburones

La temporada decembrina con los fuertes gastos familiares genera un efecto negativo e incluso devastador sobre la economía casera...

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La temporada decembrina con los fuertes gastos familiares genera un efecto negativo e incluso devastador sobre la economía casera, doblegada habitualmente en los primeros días de enero. Tales condiciones son el ambiente perfecto para que tanto casas de empeño como empresas financieras o de “apoyo económico” –como falsamente se etiquetan– hagan su agosto en diciembre y enero, aprovechándose de la necesidad  apremiante de miles de víctimas.   

Porque si bien es cierto que cualquiera de las decenas de empresas crediticias instaladas en esta capital en los últimos años brinda grandes facilidades para otorgar préstamos a los ciudadanos, con requisitos mínimos y sin estudiar a fondo la situación económica del solicitante, lo hace a un costo mucho mayor que cualquier préstamo bancario.

Y es que mientras los bancos a través de los préstamos de nómina –personales o con tarjetas de crédito– cobran un interés que va desde el 12 por ciento hasta un máximo de 40 por ciento anual, los intereses de las empresas crediticias van desde el 50 y hasta un máximo de 120 por ciento anual. 

La lista de las empresas dedicadas a otorgar préstamos sin mayores requisitos es muy larga, pero algo tienen en común: mientras más facilidades para obtener el crédito, mayor es la tasa de interés.

Además del alto costo de los préstamos, añaden trampas en las letras chiquitas de los contratos donde los recargos y penalizaciones por falta de pago –incluso por abonar capital– encarecen todavía más el servicio financiero.  

Cuando bien le va, el cliente termina pagando más del doble del monto prestado inicialmente, en lo que a todas luces es un asalto en despoblado autorizado por las dependencias federales y estatales que permiten la operación de estos turbios negocios de tiburones. 

La estrategia que usan estas empresas crediticias es simple, ya que cuando se trata de burócratas y asalariados ofrecen el descuento vía nómina, con lo que aseguran recuperar el pago, razón por la que no solicitan ni un buen historial de crédito, ni avales, ni ninguna otra prueba de solvencia del acreedor. Ellos saben que su pago está seguro.

Las quejas de los usuarios de estos servicios financieros se cuentan por cientos, pero poco se puede hacer por que las astutas financieras se blindan con contratos totalmente a su favor que generalmente son firmados sin ser leídos por los solicitantes urgidos de efectivo.

Por su parte, el órgano que se encarga de regular a las instituciones financieras, la Condusef, se lava las manos asegurando que las personas son libres de adquirir préstamos con la empresa que consideren y se limita a advertir a los ciudadanos que analicen muy bien las condiciones antes de adquirir un crédito con alguna financiera.

La combinación de necesidad y poco conocimiento de la forma en que operan estos nocivos negocios ha permitido la proliferación de los prestamistas que cada día envían una horda de promotores armados con tarjetas y folletos publicitando sus servicios a los puntos de mayor afluencia de personas en la capital: plazas, centro, bancos y oficinas.

Y en esta temporada, conocedores de que está a la puerta la cuesta de enero, aumentan la intensidad de la promoción para atraer a la mayor cantidad de incautos a sus redes.

Un trabajador de una de estas empresas que pidió conservar su nombre en el anonimato señaló que los meses “buenos” para estos negocios son el periodo que va de mediados de diciembre a fines de enero, y los meses veraniegos de julio y agosto.

Para ellos, asegura, estos meses son muy esperados porque las empresas donde laboran les ofrecen jugosas comisiones que los motivan a acelerar el paso y conseguir la mayor cantidad de clientes posibles. Por lo general, en estos meses triplican su sueldo con las comisiones.

El problema es que mientras las empresas para las que trabajan resultan grandemente beneficiadas, cientos de familias hipotecan su economía a largo plazo y son víctimas de contratos abusivos.

Réplica del Doctor Sadri Slim

El Doctor Sadri Slim me contactó vía Facebook para hacer unas precisiones a mi columna anterior intitulada “Tiempos de infamia en la UQROO”. Esto escribí, apoyado en fuentes estudiantiles:

“El año pasado, la UQROO vivió un episodio con tintes similares en el caso de la doctora Christine Carton y el doctor Sadri Slim, los cuales venían de Europa y habían estado anteriormente en la Universidad de Ciudad Juárez. El doctor Sadri Slim dejó una carta pegada en su cubículo donde explicaba las razones por las cuales dejaba la universidad, señalando la extrema cerrazón de la rectora Elina Coral que nunca los recibió para atender algunos asuntos de carácter académico.

No obstante, poco tiempo después se supo que la razón verdadera de que estos profesores dejaran la universidad radicaba en problemas migratorios, ya que el doctor Sadri Slim presentaba un nombre en el pasaporte y otro en sus papeles de doctorado”.

Esto aclaró el Doctor Sadri Slim:

“Quiero, a través de este mensaje, aclarar algunas falsas informaciones que usted publicó a mi respecto en su artículo intitulado “Tiempos de infamia en la Uqroo”, y que seguramente resultan de los chismes difundidos en esta universidad en contra de mi persona.

1- Siendo residente en México desde 1998, tengo el estatus migratorio de “inmigrado” (anterior al de residente permanente) por lo cual no tengo NINGÚN problema con el INM.

2- Con una pequeña “investigación periodística” en internet (página 2, tecleando mi nombre en google.mx), usted habría podido averiguar que mi tesis de doctorado está registrada con mi nombre en la base de datos de las tesis doctorales francesas (http://www.theses.fr/). En google.fr en la página 3, usted habría también podido encontrar el registro de mi doctorado en el sistema de documentación universitario francés SUDOC (http://www.sudoc.abes.fr/) en el cual vienen todas las informaciones con respecto a mi tesis, hasta la mención honorifica de autorización de su publicación por el jurado que explica su presencia en google books (http://books.google.com.mx) a mi nombre.

Mi contratación en la Uqroo fue en base a una convocatoria abierta a la cual participé, cumpliendo con todos los requisitos de este largo proceso. Una anomalía en mi expediente tal que usted la señala en su artículo (nombre diferente entre pasaporte y título de doctorado) hubiera resultado en el rechazo de mi expediente desde su principio. Tampoco habría podido obtener mi FM3 por parte del Instituto Nacional de Migración en el 98, ni ser parte del Sistema Nacional de Investigadores y obtener el perfil preferente PROMEP.

Ahora, efectivamente he mandado un correo a mis compañeros y a mis alumnos explicando los motivos de mi renuncia, dentro de los cuales (en séptima posición) señalo que nunca conocí a la rectora y que se me negó una cita cuando quise encontrarla.

No obstante, la primera razón fue la xenofobia no asumida de algunos maestros de la Uqroo, maquillada púdicamente en un neologismo chetumaleño, llamada “nativismo”. Quiero aclarar aquí que no vine a robar el pan de ningún chetumaleño, siendo que no hubo ninguno doctor en economía originario de Chetumal que se presentó a esta convocatoria.

La segunda razón fue que no vine a Chetumal para participar en una guerra de chismes y desprestigio (llamándome terrorista), con algunos maestros de la universidad que prefieren la mediocridad a la excelencia, justificando con inepcias la renuncia anterior a la mía de un doctor en economía estadounidense (único SNI nivel 2) y que se atreven a utilizar los estudiantes en su guerra de descredito de profesores más formados que ellos. (Sin hablar del acoso sexual de algunos de ellos hacia los estudiantes del cual fui testigo y que son protegidos por las instancias universitarias).

Así, como lo dije en mi correo, me fui porque no me sentía a gusto en esta universidad y como dice el refrán, mejor que digan aquí corrió que aquí murió.

Sin embargo, quisiera que en su próxima nota sobre esta universidad, usted aclarara las verdaderas razones de mi renuncia para dar fin a estos chismes”.
Hasta aquí la misiva del Doctor Sadri Slim.

Arlet Mólgora y Andrés Ruiz Morcillo

Tan sólo Arlet Mólgora Glover (priista) y Andrés Ruiz Morcillo (ex priista) siguen supervisando un trabajo de hormigas a nivel de campo, ya involucrados en el proceso electoral federal para ser candidatos a la diputación por el segundo distrito, con cabecera en Chetumal.

En tanto panistas, perredistas y morenos siguen meditando en el Tíbet y contemplando constelaciones y el curso de las nubes con sus formas caprichosas. En fin, están muy cómodos en el sofá que sólo abandonan para lo fisiológicamente ineludible, mientras Arlet y Morcillo llevan mucho camino recorrido. 

Recordemos que la oposición nunca ha triunfado en el distrito con cabecera en Chetumal –hablo de elecciones federales – y su desempeño ha sido infame. Con tal antecedente, si no se aplican están condenados a ser espectadores en primera fila de una batalla anunciada.

Pero dicen que el PAN puede meterse de lleno en la pelea, ya que tiene bajo la manga a un candidato de lujo. Como dijo Santo Tomás.

Y en un descuido hasta el PT puede superar al PRD, ya que este partido ha despreciado a este distrito, abandonando en definitiva el trabajo en colonias y ejidos del sur por obsesionarse con Cancún. 

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