Flanes para el PRI en Chetumal

No me explico qué ha pasado con el PAN y el PRD en los dos distritos electorales de Chetumal.

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No me explico qué ha pasado con el PAN y el PRD en los dos distritos electorales de Chetumal. Y no soy capaz de explicármelo, aunque todo mundo sabe que ambos partidos han concentrado el 90 por ciento de sus energías, alma, corazón y dinero en Cancún, donde se vive la contienda a otro ritmo, como el carnaval de Río de Janeiro comparado con el más tristón de la comarca.

Los partidos de oposición allanaron el camino a las candidatas a diputadas del PRI, Arlet Mólgora Glover y Maritza Medina Díaz, al enviar a la contienda a figuras desprendidas del anonimato más profundo, desperdiciando la oportunidad de participar en serio.

La oportunidad para los partidos de oposición era inmejorable, sobre todo en el Distrito I, donde la priista Arlet Mólgora Glover lucía como el eslabón más débil de la cadena, pero fiel a sus características ningún partido de oposición lanzó candidatos que puedan siquiera hacerle cosquillas a la experimentada maquinaria del PRI. 

El PAN envió a la contienda en Chetumal a Julio Antonio Xuluc Chay, quien fue representante de la SEP en el estado, donde se dedicó a nadar de a muertito, y el joven abogado Luis Protonotario Sabido, sin experiencia ni tablas en la arena política.

La única victoria del PAN en el sur se remonta al proceso local de 2002, cuando en alianza con el Partido Convergencia se impusieron en tres de los cinco distritos del municipio capitalino.

En esa ocasión los panistas Juan Carlos Pallares Bueno y Mario Rivero Leal obtuvieron el triunfo.

Recordemos que el PAN permaneció 12 años en la Presidencia de la República, y tuvo todo el tiempo del mundo para oxigenar sus figuras para competirle de tú a tú al Revolucionario Institucional, donde por cierto sobran figuras más ubicables, aunque esto no implica mayores capacidades.

El PRD envió a la competencia a Víctor Gamero Castillo, un ilustre desconocido en todos los sentidos que aprovechó el resquebrajamiento de la “alianza de facto” con el Acción Nacional para lanzarse como candidato por el I Distrito, y a Raúl Humberto Triay Sánchez, quien ha fungido como representante suplente del PRD ante el Instituto Electoral de Quintana Roo (Ieqroo).

El Partido Verde rescató al ex regidor capitalino de negros antecedentes, Marco Antonio Coral Aguilar, para colocarlo como candidato, y se sacaron de la chistera a Aída Gabriela Sosa Guerra para enviarla a la competencia por el Distrito II.

Hay que decirlo. Ninguno tiene nada que hacer y el PVEM sólo cubrió el requisito. Los que se volaron la barda fueron los del PT, que ante su carencia de cuadros le ofrecieron la candidatura a la argüendera Yolanda Méndez Aguilar, quien es muy conocida por los chetumaleños, pero por sus escándalos y sonados espectáculos públicos donde se victimiza para llevar agua a su molino. Yolanda Méndez quiso registrarse como candidata independiente, pero no logró el apoyo ciudadano necesario para ello.

A pesar de eso, el PT la rescató y la colocaron como candidata a diputada por el Distrito II, en un acto de verdadera desesperación. Por el primer Distrito va José de Jesús Martínez López, cuyo desafío inicial es ser conocido en su cuadra.

Y de Movimiento Ciudadano mejor ni hablar. Esos son los temibles “gallos” que envió la oposición a disputar las diputaciones en la capital. Y pensar que tienen todo el tiempo del mundo para prepararse.

Pero, ante todo, se impone un compromiso para evitar la tradicional desbandada de diputados al declinar la Legislatura. Deben hablar con franqueza a los electores, aclarando que llegado el momento abandonarán la encomienda para ir en busca de otra posición, aspiración muy justa pero que al generalizarse denigra a ese poder, colocándolo como una chamba de ocasión.

Los electores deben tener la madurez para medir los alcances de esa posición que es tomada a la ligera por la mayor parte de los candidatos, quienes no tienen una preparación elemental que les permita hacer un papel decoroso. Y vayan que están en todos los partidos.

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