Fluir con la vida

Podemos aprender a observarnos para vivir con más consciencia y disfrutar más y mejor la vida. Claro está que, para esto, hay que tener disciplina y convertir la propia observación en un hábito diario.

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Si algo es real es el cambio.- Anónimo  

Si hoy continuamos eligiendo, decidiendo y actuando de la misma manera que ayer y más cuando los resultados obtenidos han sido de tristeza y sufrimiento, es porque estamos “marcando número  equivocado”. El mensaje es que tenemos que comenzar a pensar de forma distinta y a elegir opciones diferentes a las de antes.

Es posible cambiar cuando se reconoce y acepta que la vida fluye y que hay que fluir con ella. Mirarla desde otro ángulo. Hacer contacto con la realidad de HOY que es diferente de la de AYER.

Es necesario abrir la mente y estar dispuestos a aprender cosas nuevas y actualizar las ya aprendidas. Allí  está la oportunidad de desprendernos de las cadenas que nos atan porque, si seguimos aferrados a las viejas formas esperando que un golpe de suerte cambie nuestras situaciones de malestar, la probabilidad de que esto suceda es casi nula. 

Hay que estar atentos para no permitir que el pesimismo nos empuje a desanimarnos y nos lleve a recluirnos en nosotros mismos; decidámonos a lanzarnos hacia lo nuevo y a desarrollar una actitud positiva hacia el futuro. Es cierto que lo nuevo nos asusta; rechazamos la idea de aprender, de cambiar e intentar algo diferente, de dejar nuestras viejas costumbres cómodas y rutinarias. 

Podemos aprender a observarnos para vivir con  más consciencia y  disfrutar más y mejor la vida. Claro está que, para esto, hay que tener disciplina     y convertir la propia observación en un hábito diario.

Revisemos algunas creencias que encadenan:

• Imitar y copiar los modelos de comportamiento social, aunque uno no se sienta bien.
• Estar pendiente de buscar la aprobación y reconocimiento del grupo social.
• El prestigio, el poder y el dinero son tan importantes que no preocupa perder la tranquilidad con tal de obtenerlos.
• Actitud de insana competencia.
• Fincar la felicidad personal en alguna persona.
Al revisar estos puntos posiblemente caeremos en cuenta de que no aportan lo verdaderamente valioso: AMOR, BONDAD, PAZ Y ALEGRIA.

A partir de hoy podemos cambiar y ser lo que realmente somos: seres llenos de luz y amor. Al ser conscientes de esta realidad, fluiremos con la vida, que es la única manera de vivir en plenitud. ¡Sí es posible el cambio! La esperanza siempre está adelante del presente. 

¡Ánimo! hay que aprender a vivir!

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