El Sindicato de Trabajadores del Colegio de Bachilleres del Estado de Quintana Roo (Sitacobaqroo) amenazó con que los docentes afiliados a esta organización podrían sumarse a partir de la próxima semana a un paro nacional para exigir el respeto a las condiciones laborales que, según ellos, se han visto afectadas por la Reforma Educativa.

La noticia no es nada alentadora, ya que de concretarse el paro de labores más de 10 mil estudiantes serían afectados. El dirigente del Sitacobaqroo, Gerardo Tadeo Manzanares, al que sus propios dirigidos han acusado de ser “empleado” del director general, el químico Juan Carlos Azueta Cárdenas, anunció una marcha y una rueda de prensa para el próximo viernes, donde darán a conocer las movilizaciones que realizarán para “defender” sus derechos.

Aseguró que se sumarán al paro nacional convocado para el próximo lunes, obligado por los profesores de base que lo traen en salsa y no le dejan margen de maniobra.

Este amago de los trabajadores sindicalizados no es una buena nueva para Juan Carlos Azueta Cárdenas, quien desde que asumió el control del Cobaqroo en abril de 2013 no puede presumir de nada, ya que la situación de los planteles es peor que en las anteriores administraciones.

El químico Azueta ha sido incapaz de levantar el prestigio del Colegio de Bachilleres que día a día pierde más alumnos, preocupante situación que el funcionario minimiza culpando a la amplia competencia de instituciones educativas que ofrecen, además del bachillerato, alguna carrera técnica.

Para evitar una mayor afectación a la golpeada imagen del Cobaqroo, Azueta Cárdenas deberá maniobrar para que el movimiento de los profesores no se vuelva en su contra, ya que además de la afectación a sus derechos laborales a nivel nacional, también se sabe que existe un gran descontento del personal docente y administrativo con la gestión del actual director general, que nunca está para atender sus demandas.

A decir de algunos docentes de los Colegios de Bachilleres I y II de esta capital, el piso no está parejo en el trato a los trabajadores, ya que mientras que algunos maestros –sobre todo los de mayor antigüedad, y que han formado parte de la grilla sindical– gozan de grandes privilegios, muchos otros son tratados con vara de hierro, sometidos a horarios injustos que los mantienen lejos de sus familias por más tiempo del debido.

A pesar de que han manifestado estos hechos tanto a los directivos como a su líder sindical, la respuesta ha sido nula, porque las injusticias laborales se mantienen. Por eso, hay que tener cuidado y esperar que estas movilizaciones anunciadas no sean sólo la chispa que detoné una avalancha.