Forma y fondo

Sin afán de defender ni atacar a Elba Esther Gordillo, llama la atención que hasta ahora se enteren las autoridades busquen, ahora sí, una solución.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

En el argot periodístico, recuerdo una máxima de algunos buenos maestros de la pluma: “Aprende a desconfiar siempre de todo”. Tal vez para algunos no familiarizados con la prensa sea un tanto exagerada, o tal vez no.

Bajo este esquema de la duda, no pocas personas no relacionadas con este perfil, pero siempre interesadas en lo que pasa a su alrededor, en la sociedad de su estado, de su país y del mundo, sienten ese “cosquilleo” de no estar conformes con versiones oficiales.

Ese espíritu animado por el deseo o interés de conocer la verdad, o por el simple hecho de no creer esa verdad que nos muestra cierta apariencia, nos dibuja cuestionamientos mentales.

Un ejemplo podría ser el caso “Gordillo”. Las dudas que invaden a la multitud enterada son variadas. ¿Por qué hasta ahora la detienen, si para todos era un secreto a voces su mala administración?, ¡porque iniciaron sospechas que llevaron a investigaciones¡ ¿Precisamente ahora se dan cuenta de esas anomalías administrativas?

Sin afán de defender ni atacar a la maestra, considero que más que el hecho, si es cierto o no, llama la atención que hasta ahora se enteren las autoridades correspondientes del caso, y se busque, ahora sí, una solución. ¿O acaso se trata de un ajuste político? No, eso no pasa en nuestro país.

Lo más leído

skeleton





skeleton