Dicen que elogio en boca propia es vituperio, pero son tan inspiradas las palabras del gran ex presichente Fox, que ya se está tardando Tovar y de Teresa en otorgarle la beca Jóvenes Vivales de poesía involuntaria. Y que la beca en que se irá, no tenga una cruz de olvido. 

Don Vicente ha demostrado que es un estadista y una mente privilegiada 
—más grande que Juárez y que El Divo de Juárez juntos—, al que le deberían de prestarle otra vez la silla presidencial para que se siente. Con o sin voto inútil.

O por lo menos la de Michoacán, que tiene ahí meses abandonada, sobre todo porque mientras Fausto Vallejo, que se la pasa pidiendo licencias médicas sin mostrar estudios que los avalen (en materia de achaques, solo le gana Granier, cuyo hijo ya tiene más amparos que todos Looos Zeeetaaas), ya están cual buitres el ex góber Nodoy Godoyuna y La Cocoa Calderón. Digo, el doño de Martita no podría ser peor gobernante que cualquiera de estos dos. Lo padre de Godoy es que aún dijo que no tenía nada que ocultar… claro, salvo a su medio hermano, el dipu Godoy. 

Si un día lo llegaran a apañar, supongo que aparecería el subjefe Diego en su defensa solidaria como ahora ha hecho con El Z40. ¿Por qué no habrá tenido el mismo gesto con los niños de la guardería ABC?

En ese mismo acto, donde los perredistas medio dejaron en claro que el Pacto no es con Dios, el Chucho menor, Zambrano, se desató acusando a los priistas de haber ganado los caminos de Michoacán con una pequeña ayuda de La Tuta. Ora. A punto de dejar la presidencia del PRD, el muchacho quiere ser más rudo que AMLO, Batres y El Noroñas, aunque quede a nivel Juanito.  

Pero donde se va a ver de qué lado masca la iguana será a la hora de la venta de garaje de Pemex. Si Los Chuchos aflojan como varios vaticinan, entonces me lo van a mandar a Oaxtepec —convertido en meca del secuestro— para que Graco Ramírez declare ante su desaparición que ojalá tuviera una varita mágica para encontrarlos. 

Así como estaban de neuras, les hubiera hecho mucho bien a los del PRD irse al simposio sobre legalización y uso de cannabis, del Centro Fox, incorporándose a la catarsis anticalderonista, porro en mano. Ni Mandela ni Juárez superarían esto.