La franquicia mexicana menos pensada
La funeraria J. García López. Con 6 mil servicios al año, es la empresa líder en el área metropolitana y tiene una red de 600 funerarias llamada Funeralnet en todo el país, que son sus ‘corresponsales de servicio’.
“Morir es una costumbre que sabe tener la gente”, decía Borges en uno de sus poemas.
Y si alguien conoce de este negocio es la funeraria J. García López. Con 6 mil servicios al año, es la empresa líder en el área metropolitana y tiene una red de 600 funerarias llamada Funeralnet en todo el país, que son sus ‘corresponsales de servicio’.
Son una empresa innovadora. En un mercado donde el bajo perfil y el recato son el eje de las campañas, ellos se animaron a hacer anuncios polémicos y a probar nuevos métodos de comunicación y de venta de sus servicios.
“Pero teníamos que buscar una nueva manera de crecer en este mercado y desde hace dos años estamos trabajando en la primera franquicia del mundo de servicios funerarios”, explica Oscar Padilla, director ejecutivo comercial de la compañía.
Actualmente están terminando de desarrollar los manuales y los contratos para lanzar la primera franquicia a partir de enero de 2016. “Recorríamos ciudades en el interior del país y no veíamos funerarias como la nuestra, mercados que no podíamos atender, pero que sabemos que son muy importantes”, agrega Padilla.
La propuesta no es solo por servicios funerarios, sino también servicios financieros de previsión (pre pago) de dichos gastos.
Se calcula que solo 1 por ciento de los mexicanos tienen contratado un seguro para cubrir su funeral, mientras que según las empresas de seguros el potencial es de 12 a 18 por ciento de la población.
Una franquicia de J. García López costará unos 2 millones de dólares y el plan de negocios promete un retorno de la inversión de 25% anual, con lo cual la inversión se cubre en cuatro y cinco años. Este monto incluye los derechos de la marca, la elección y compra del terreno, la construcción del inmueble, el equipamiento y los sistemas de administración.
“Nuestro plan de negocios es tener una sucursal franquiciada en cada estado de la República en unos 5 años”, comenta Padilla, que puso en manos de Francorp este proyecto.
La prueba piloto la harán ellos mismos: se comprarán la primera franquicia que construirán frente al actual aeropuerto de la Ciudad de México. Será una manera de probar el desempeño del modelo.
“Ya tenemos empresarios interesados de Morelia, Mérida y Veracruz”, amplía el ejecutivo.