El gabinete avestruz

En estos días se cumplirá un mes de cuando el presidente Enrique Peña Nieto, en medio de la mayor crisis de su administración, decidió hacer pública su declaración de situación patrimonial.

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En estos días se cumplirá un mes de cuando el presidente Enrique Peña Nieto, en medio de la mayor crisis de su administración, decidió hacer pública su declaración de situación patrimonial.

Vale la pena recordar que lo de las declaraciones patrimoniales había sido el primer acto fallido de este gobierno cuando el 16 de enero de 2013 organizaron un gran evento dizque para hacer públicas las declaraciones del gabinete solo para que nos diéramos cuenta que la mayoría de los secretarios de Estado habían preferido…  no hacerlo o hacerlo a medias.

El artículo 40 de la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos los obliga a presentar declaración de  “situación patrimonial, sus  funciones, ingresos y reconocimientos con motivo de sus empleos, cargos o comisiones; la información relativa a su situación patrimonial, en lo referente a sus ingresos del último año, bienes muebles e inmuebles, inversiones financieras y adeudos”.

También dice que “la publicitación de la información relativa a la situación patrimonial se hará siempre y cuando se cuente con la autorización previa y específica del servidor público de que se trate”. Aunque se ha impugnado este párrafo frente a la Suprema Corte, sigue siendo constitucional.

Hace un mes, después del video de la señora Rivera y la distribución de la declaración patrimonial de Peña Nieto, pensé que al día siguiente nos inundaríamos de las versiones completas de las declaraciones de los funcionarios cercanos al Presidente.

Me parecía tan obvio: si mi jefe, quien me invitó a este puesto, a quien le debo mi chamba, ha sido obligado a abrir por completo su declaración patrimonial, pues yo hago inmediatamente lo mismo.

Por lo menos la mitad del gabinete —seré generoso— debería estar en su casa, pero el éxito de Peña los tiene con oficinota, secretarios particulares y choferes.

No tengo claro si ha sido una orden de Los Pinos; si así fuera, sería un error más, pero me ha sorprendido el silencio del gabinete y del priismo en general alrededor de la crisis de las casas.

Alguien debería arropar a su Presidente, si no con palabras qué tal con una declaración patrimonial.

Con más razón el gabinete, que le debe a Enrique Peña Nieto que les digan señor secretario.

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