¿Gabinete inamovible?

Los primeros 100 días de gobierno de Carlos Joaquín González han sido una batalla cotidiana...

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Los primeros 100 días de gobierno de Carlos Joaquín González han sido una batalla cotidiana que el mandatario ha luchado como solitario gladiador, pues buena parte de los funcionarios de su gabinete se borraron del mapa apenas fueron nombrados en sus respectivos cargos y no han cumplido con el desempeño esperado, provocando rumores de una prematura reestructura del primer círculo del gobernador.

El gobernador declaró unos días atrás que no se descartan cambios o ajustes en su gabinete, ya que sus colaboradores están en constante evaluación y quién no dé el ancho pagará las consecuencias.

Esa advertencia podría hacerse realidad en los próximos días, pues la rumorología en los pasillos de Palacio de Gobierno es cada vez más ruidosa, poniendo en tela de juicio la permanencia de buena parte del gabinete.

Algunos funcionarios han sido golpeados por sonoros escándalos mediáticos que han sembrado la duda sobre su honorabilidad; tal es el caso del Oficial Mayor del Gobierno, Manuel Alamilla Ceballos, a quien acusan de favorecer a una empresa familiar con millonarios contratos gubernamentales, aunque éste negó el hecho y aseguró que se trata de una “guerra sucia”.

En esa categoría se ubica la secretaria de Desarrollo Económico, Rosa Elena Lozano Vázquez, quien como máxima autoridad de esa dependencia quedó manchada por el fallecimiento de un burócrata a quien no se le permitió acudir al médico, en un claro caso de acoso y maltrato laboral que ayer llegó a las puertas de la Comisión Estatal de Derechos Humanos.

Pero más allá de los escándalos, lo que verdaderamente tiene en la lona a buena parte de los funcionarios del gabinete joaquinista es la improductividad mostrada en los primeros tres meses de su administración.

Los ejemplos más claros están en la Secretaría de Educación y Cultura, donde la titular, Marisol Alamilla Betancourt, no parece tener el control de nada, mientras que ciertos subsecretarios, como Rafael Romero Mayo en Educación Media y Superior, y la perredista Jacqueline Estrada Peña en Cultura, tienen un desastre en sus respectivas áreas; y en Salud, dependencia en la que su secretaria Alejandra Aguirre Crespo maneja la condenable política del avestruz.

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