Galanes, nenúfares y mariposas

En maya, hay dos vocablos para denominar a las flores: lool, que refiere a la flor de pétalos o corola anchos, y nikte’ para las que tienen pétalos a la manera de la flor de mayo.

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En la península yucateca, la costumbre de cultivar plantas ornamentales, medicinales y condimenticias en patios o solares data de tiempos muy antiguos y persiste tal cual en la actualidad. Los mayas domesticaron diversas plantas provenientes de montes y cerros, de medios acuáticos (cenotes, aguadas y sartenejas) y de lugares secos, a las que se han sumado las plantas introducidas con fines de jardinería.

Las mujeres desde siempre han sido las encargadas de estos menesteres y establecen un contacto estrecho con sus “sembrados” (paak’alo’ob) y por lo general poseen un cúmulo de saberes relativos a la siembra, cuidados y cultivo. En maya no existe el concepto de jardín, término de origen francés.

Entre los mayas, las flores han tenido usos curativos, artesanales, decorativos, sagrados, simbólicos y espirituales. En la casa se ponen en la mesa y los altares; en la iglesia se ofrecen a santos y vírgenes; se llevan al difunto (a su velorio o en su tumba) y se usan en festividades diversas. Los hipiles y ternos están saturados de flores y rosas bordadas.

En maya hay dos vocablos para denominar a las flores: lool que refiere a la flor de pétalos o corola anchos como las de calabaza, de bejucos y trepadoras; y nikte’ para las flores que tienen pétalos a la manera de la flor de mayo. 

Además de las flores de mayo (Plumeria), los mayas peninsulares tienen especial predilección por el cultivo de rosas; mariposas (Hedychium coronarium), flores blancas muy olorosas; el galán de noche (Cestrum nocturnum) que deja escapar su aroma por las noches; Juan de noche (Cestrum diurnum) o sáasil yo’om que refiere a la claridad, y que concuerda con su nombre científico; xtees (Celosia argentea), flor en forma de abanico o cresta de gallo con aspecto afelpado; y los nardos o azucenas (Polianthes tuberosa), entre otras. Varias de ellas son plantas florales introducidas que se han adaptado al clima de la región.

También tienen especial aprecio por las flores acuáticas o nenúfares (lool ja’) con hojas flotantes orbiculares y acorazonadas en la base y flores solitarias de colores lila, rosa o amarillo, que se cultivan en estanques o piletas. En maya se les conoce como naab o nikte’ ja’ (de nikte’, flor y ja’, agua), pertenecientes a la familia de las ninfeáceas, común de las lagunas, aguadas y sartenejas.

Otra planta conocida como xikin chak (de xikin, oreja y cháak, nombre de un dios), Eichhornia crassipes, es un lirio acuático con hojas ovaladas, fruto de una cápsula elíptica y flores lilas, moradas o blancas, que se reproduce en aguas quietas.

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