Se le veía contento entre los niños. Ellos así lo percibieron y literalmente se le fueron encima cuando terminó la ceremonia en su primaria que recién cambió de nombre por el de “Centenario del Ejército Mexicano”. El general se olvidó de protocolos, hizo a un lado el acostumbrado gesto serio, adusto… y sonrió.

Salvador Cienfuegos Zepeda, el divisionario de cuatro estrellas y responsable de la seguridad interior y la defensa exterior del país, estuvo contento en la que fue su cuarta visita a Yucatán, la semana pasada, cuando recibió un reconocimiento en Espita, inauguró una ludoteca y entregó equipo deportivo y prometió dos canchas a una escuela.

El general secretario, quien se definió como un soldado de la patria, dijo que el Mérito Ciudadano 2014 que le fue entregado es una distinción que simboliza la estrecha, franca y respetuosa relación civil-militar que prevalece entre la sociedad y el gobierno de Yucatán.

La visita fue una especie de franquicia breve en medio de la cotidiana batalla que libra todos los días en el cúmulo de responsabilidades de quien en materia de seguridad –y otros temas, seguramente– es el brazo derecho del presidente.

El militar vino con su esposa, se reunió con excompañeros de armas yucatecos, amigos desde hace más de medio siglo cuando eran cadetes en el Heroico Colegio Militar; disfrutó de la comida regional y de una noche bohemia. Recordé, entonces, que hace tres años, por estas fechas, su antecesor en la Sedena, Guillermo Galván, llegó prácticamente de incógnito a la Base Aérea Militar número 8, estuvo alrededor de una hora, desayunó, hizo algunos anuncios y luego partió.

Ahora fue diferente, Cienfuegos Zepeda departió con civiles, bromeó con reporteros, respondió a todo lo que le preguntaron, sin poses, sin protocolo.

Fue, sin duda, el otro rostro del secretario de la Defensa Nacional. Milenio Novedades recogió esta frase suya que dice mucho: “Venir a Yucatán es siempre confortable, se respira tranquilidad, es otro ambiente, es algo que ustedes deben valorar mucho”.

Anexo "1"

Dos secretarios, mismo mensaje

Durante sus respectivas reuniones de fin de año con medios, los secretarios de la Defensa y de Marina se refirieron a la desaparición de los estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa, lo que no fue bien visto por medios críticos al gobierno de Enrique Peña Nieto.

El general Salvador Cienfuegos Zepeda dijo que el año que termina “dejó experiencias tan lamentables como los hechos de Iguala, que han conmovido la conciencia nacional” y que “estos incomprensibles acontecimientos han hecho reflexionar a toda la sociedad, generando inquietudes de diversas magnitudes y que exigen castigo para los culpables”.

Sostuvo que ante estos hechos que han cimbrado a país, la mentira, el reproche, la crítica infundada, la violencia y la intolerancia poco abonan y subrayó que debemos unirnos para hacer frente a la diversidad, pues “sólo el esfuerzo convergente de todos los sectores de la sociedad, cada quien en su respectivo ámbito de responsabilidad, permitirá un México en paz y digno”.

Más agresivo en su mensaje, el almirante Vidal Francisco Soberón Sánz “cuestionó el que algunos “actores"  tomen el caso de los normalistas para desacreditar al gobierno federal cuando ni siquiera les interesa el dolor de los padres y el paradero de las víctimas.

Sostuvo que en el caso de Iguala quien falló fue la autoridad municipal, en la que se infiltró la delincuencia organizada y defendió la investigación de la Procuraduría General de la República y de otras instituciones del gabinete de seguridad nacional como la Marina, el Cisen y el Ejército.

"Me enoja todavía más que manipulen a los padres de familia, que manipulen a esta gente, porque eso es lo que están haciendo para no reconocer o para seguir incrementado esto. Más coraje me da que esta gente que está manipulando a los padres de familia no les interesan ni los padres ni estos muchachos", dijo el jefe de la Armada de México.