Gisela, Nuria, Perla y las penas del Gobierno del DF
La propia joven que enfrentó a Mancera me hizo ver el viernes a través de Twitter que no se llamaba Nuria Ramírez, que su nombre es Gisela Pérez de Acha.
El jueves por la tarde revisé en internet tres versiones en video de las vicisitudes de Miguel Ángel Mancera en la presentación del informe de la Comisión de Derechos Humanos del DF. Pregunté al gobierno capitalino quiénes habían reventado el evento.
Me informaron: 1) que era un grupo de anarcos ligados al movimiento #1Dmx, 2) que fueron invitados por la presidenta de la comisión, Perla Gómez, 3) que la joven que increpó a Mancera era Nuria Ramírez.
Como la información parecía tener correspondencia con la narrativa de los videos, la di por buena y publiqué aquí el viernes. Dije en síntesis: “Mancera pecó de ingenuidad. Olvidó que con los ultras no hay diálogo posible, porque la esencia del ultra es descalificar, sabotear, violentar, agredir”.
La propia joven que enfrentó a Mancera me hizo ver el viernes a través de Twitter que no se llamaba Nuria Ramírez, que su nombre es Gisela Pérez de Acha. En una entrevista de televisión contaría más tarde que asistió por su cuenta al informe y ahí mismo tomó la decisión de protestar. Luego hablé con ella. Clara, escueta, lógica, respetuosa, firme, impecable, no me quedó ninguna duda de que la confundieron con otra persona. Hablé con el Gobierno del DF y reconocieron que… ¡se equivocaron!
Mala fuente informativa que no me libra de la responsabilidad de publicar una nota con imprecisiones. Sostengo en lo esencial la tesis de mi artículo y ofrezco una disculpa a Gisela, Nuria y Perla.
Si así lo desean, publicaré en este espacio lo que quieran decir sobre los hechos del 12 de junio en la CDHDF.