Globalizar o nacionalizar
Todos los sectores, desde el académico hasta la administración pública, buscan desesperadamente agradar a los 'ojos internacionales'.
En tiempos de globalización, todos los sectores, desde el académico hasta la administración pública, buscan desesperadamente agradar a los “ojos internacionales” de los que dictan las tendencias.
Pero en el marco de esta inclinación que se puede ver hasta en la sopa, vale la pena hacer un alto para preguntarse qué debe ser primero.
Por una parte nos dicen casi hasta el cansancio, casi queriendo que no pensemos para qué, que nos preocupemos por los hielos derretidos del Ártico, por el calentamiento global, y cuanta cosa que afecta al globo terráqueo y que para algunos es tema de discusión y para otros dogma de fe. Por otra parte, recuerdo la siempre sensata recomendación de la gente “antigua” que inteligentemente sugiere y sentencia “¿cómo has de ser luz en la calle y sombra en tu casa?”.
Luego entonces, antes de globalizar, antes de pensar en convertirnos en ciudadanos del mundo, ¿no sería necesario primero ser unos excelentes ciudadanos mexicanos?
Nacionalismo no es otra cosa, según la RAE, que el apego de los naturales de una nación a ella y a cuanto le pertenece.
Preocupémonos, en primer lugar, si queremos cambiar el mundo, por nuestra familia, por nuestros hermanos. No sólo los de sangre, sino con los que compartimos ese lazo de idioma, de creencias. ¡vaya¡ hasta de religión.