Gobernador nadando de muertito

Aun el esquema al que quería caminar Mancera, el de empresas concesionadas que manejen rutas o corredores, está tronando.

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Durante su campaña y en transición Miguel Ángel Mancera reconoció que el transporte público en la ciudad necesitaba un reacomodo casi completo. Eso incluía regular el transporte de carga que transita en la ciudad —horas y rutas— y que la autoridad volviera a serlo en relación al tráfico. La ciudad vive en el caos y no es por los maestros o las marchas. Es porque hay una autoridad que hace décadas decidió no intervenir en el arreglo del transporte.

Estamos cerca de cumplir un año de que Mancera haya tomado posesión y el del transporte es un asunto que ejemplifica bien el tan particular estilo del jefe de Gobierno.

Poco ha sucedido con el transporte público de la Ciudad de México. Poco que importe. A los microbuseros se les rogó que se sometieran a un “programa voluntario” que es de risa, si no fuera porque ese es el medio de transporte que usa la mayoría de la población de la ciudad. Se dio al Invea la facultad de vigilar algunas de las faltas a tal acuerdo, pero no se dio al Invea más presupuesto y, al contrario, más de uno en la Asamblea quisiera terminar con el instituto. 

Pero aun el esquema al que quería caminar Mancera, el de empresas concesionadas que manejen rutas o corredores, está tronando. Como lo reportó MILENIO hace unos días (http://goo.gl/Qvcpg1), los corredores establecidos en el sexenio anterior ya sufren pérdidas enormes. ¿Por qué? Porque la ausencia de autoridad ha hecho que microbuses invadan sus rutas y quiten pasajeros a menores costos…y mayor inseguridad. 

Dice el representante de Amposa, una de las empresas concesionarias: “Lo más grave es que el grupo de concesionarios que apostaron al cambio, al plan de gobierno, a la modernidad, a la sustentabilidad y que invirtieron su capital estamos totalmente en un estado de indefensión, porque ya la empresa comienza a presentarse en una quiebra inminente. Estamos en suspensión de pago de proveedores, incluso, el pago de unidades”.

Otros periódicos han publicado que las empresas de otros corredores están en las mismas. 
El del transporte, asunto nodal en la vida de la ciudad, es un buen ejemplo de cómo la actual administración lleva un año flotando, evitando conflictos, sonriendo mucho, tomándose fotos, arrancando proyectos políticamente correctos que todos aplauden. Pelearse con las mafias de microbuseros no está fácil; nadar de muertito, sí. 

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