Gobierno enemigo del empleo
La ley de disciplina financiera de las entidades ordena a los gobiernos declararlas y honrar su pago, inclusive las deudas a los proveedores.
Los hábitos financieros de los estados y municipios influyen directamente en la salud económica de las familias más de lo que nos imaginamos.
Unos de los temas importantes y difíciles de digerir por el país es la deuda de los estados y municipios, de las que muchas se arrastran de sexenio a sexenio y sin margen de maniobra para cambiar esta situación que muchas veces obliga a un dilema: pagamos deuda o invertimos en escuelas, calles y hospitales y dejamos la deuda al siguiente gobierno.
En México hay 3 economías: la que se habla en los periódicos y es la salud de la economía de la federación, la economía de los estados y la economía de las familias. La economía de la federación influye mucho en las familias, pero ha dejado aparte a las finanzas de los estados.
De ahí nació y está en el horno la ley de disciplina financiera de las entidades que ordena a los gobiernos declararlas y honrar su pago, inclusive las deudas a los proveedores.
Los gobiernos al estar copados por compromisos financieros dilatan los pagos a los proveedores, lo que siempre ha ocurrido; el problema es que muchas veces no les pagan y se destruyen patrimonios y empleos que afectan la dinámica empresarial y la formación de capital local.
Pero eso no es lo malo, muchas veces prefieren comprar a empresas fuera de su estado, trasladando riqueza a otros lugares; a largo plazo es un derrame que deja anémicas las economías locales y las empresas empiezan a quebrar.
La práctica de sano comercio y política pública establece que el estado debe reinvertir los impuestos locales en empresas locales y ser ejemplo de pago a seguir por los demás, ya que las dinámicas contagian lo bueno y lo malo; es decir, si no me paga el gobierno no pago a tiempo a mis proveedores y eso incluye los impuestos.
En Estados Unidos las empresas pueden escoger pagar impuestos en dos bases: Cash Basis o Accrual Basis, en español es sobre ingreso efectivamente cobrado o sobre ingreso devengado pero no cobrado, y existen muchas empresas a las que les favorece uno u otro, pero ambas bases tienen el objetivo de que las empresas puedan pagar impuestos.
Aquí se paga sólo sobre ingresos devengados aunque no estén pagados, los analistas de los estados estamos muy lejos de los oídos de los directivos federales, pero no por eso dejamos de exigir prácticas sanas de comercio a los gobiernos y mejores y más asequibles esquemas de tributación.