Goodluck Cordero y la camaradería castrense
Todo indica que buena suerte es lo que menos ha tenido el presidente de Nigeria, de nombre Goodluck, en el caso de las niñas secuestradas por Boko Haram.
Cuando sus padres (del presidente de Nigeria) decidieron ponerle Goodluck a su hijo, tendrían que haber sido más prudentes pues, como suele decirse, el país no está para bollos. Hoy, con la historia de las niñas secuestradas por Boko Haram que tienen hasta la solidaridad de Salma Hayek, todo indica que buena suerte es lo que menos ha tenido este hombre.
Pero al menos Goodluck Jonathan ganó alguna serie de procesos electorales para llegar a donde está y sacarse la rifa del tigre. Digo, no como Mr. Bean Cordero, que ya lleva más derrotas que el Cruz Azul y El Peje juntos que, ni llamándose Goodluck, podría haberle ido peor en la vida.
Por alguna extraña razón supuso que porque era apoyado por Felipe Calderón (quien amenazó con hacer su propio partido familiar con los hermanos Zavala si Madero lograba el bicampeonato) iba a ganar a falta de carisma.
Todo parece indicar que sus múltiples bravatas eran como anuncia el título de la nueva novela de Milan Kundera, Una fiesta de la insignificancia.
Pero lo más raro de que Cordero no hubiera presentado su democrático reconocimiento por el triunfo de sus contrincantes, fue que ni siquiera se haya entusiasmado cuando Madero conceptualizara la camaradería panista como “castrense”, algo sin duda muy calderónico. Resabios de aquellos tiempos idílicos en que a los blanquiazules les dio por convertirse en soldaditos de plomo.
Camaradería castrense en realidad la del congreso poblano que ya tienen una ley para regular las marchas que, dejándoselo a criterio de la autoridá, no solo limitarían el derecho de manifestación (hay que mandar memorándum con original y copia, a ver si dan chance), sino que los granaderos podrían usar legalmente armas de fuego contra grupos que les parezcan muy revoltosos. Como sea, qué bueno que estas cosas no alteraron la expectativas de crecimiento… pero de la recesión.
Ahora en el PAN presumen civilidad y nuevas épocas, ya todos son hermanos, no deja uno de pensar que en vez de echarse a correr luego de aceptar su derrota como hizo Chepina Vázquez Mota en las presidenciales, Cordero por lo menos hubiera dado más batalla que el Pachuca al León.
Aunque fuera para que con algo de goodluck, prorratearan la celebración en Los Pinos.