¡Goya Pumitas!

En estos tiempos en los que México se debate entre la violencia, la inseguridad, la corrupción, el miedo

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En estos tiempos en los que México se debate entre la violencia, la inseguridad, la corrupción, el miedo, la mala política y una sociedad en su mayoría apática, hay esfuerzos de una minoría de ciudadanos que ven en la educación y el deporte una forma de mitigar el daño que se extiende por todos los rincones de este país.

Soy un convencido de que lo único que hace diferente a las personas es la educación y los valores que se inculcan desde el seno familiar. Yo me pregunto, cuando un político o empresario, funcionario público, deportista, se ve inmerso en un acto ilícito, nos damos cuenta de que seguramente aprendió desde una etapa temprana en su vida a que así se construye el mundo. Hay un dicho muy arraigado entre los mexicanos: “el que no tranza, no avanza”, una verdadera pena que se adquieran estas ideas y peor, que sean llevadas a la práctica.

Hago este contexto, ya que, como lo menciono en el primer párrafo, hay instituciones que están velando por educar e inculcar valores, a través del deporte y la buena convivencia. Desde hace unos ocho meses tuve contacto con directivos de la Asociación Civil “Pumitas”, en la Ciudad de México, una institución que desde 1976 combina educación y deporte, todo en un ambiente de respeto, valores, cuyo lema lo resume todo: “Convivir más que competir”. ¿Cómo funciona? Desde las categorías de pequeños, niños y niñas, de tres años, hasta las categorías femenil y mayores, se va inculcando el gusto por el deporte, en un torneo de fútbol, donde no hay puntuaciones, se reconoce a todos los pequeños y se les estimula para que tengan logros y desarrollo personal y de equipo; todo los anterior supervisado por jóvenes universitarios, miembros de la comunidad académica de la Universidad Nacional Autónoma de México y padres de familia, cuya función es fomentar la convivencia.

Esta organización creada por el ingeniero Marco Aurelio Torres,  decano de la Facultad de Ingeniería de la máxima casa de estudios del país, y llevada con éxito en esta época por Luis de Buen, es un ejemplo de que se pueden tener buenas instituciones, donde la participación social, el trabajo comunitario, la educación y el deporte, sean las principales fortalezas que se les enseñen a las nuevas generaciones, para que posteriormente, se traduzcan en buenas acciones en favor de la sociedad.

Este y muchos ejemplos de instituciones, bien se podrían reproducir a lo largo de nuestro México, para bien de todos, sobre todo de las nuevas generaciones,  ya que el panorama actual es verdaderamente desalentador, con una violencia exacerbada, una clase política incapaz de resolver tantas variables que afectan el desarrollo, ya que no sólo se trata de hacer reformas a las leyes, sino de que éstas verdaderamente estén orientadas al beneficio social, y no sólo a favor de las mismas familias que desde hace décadas, concentran la riqueza de México. ¡Qué la pluma siga girando!

En estos tiempos en los que México se debate entre la violencia, la inseguridad, la corrupción, el miedo, la mala política y una sociedad en su mayoría apática, hay esfuerzos de una minoría de ciudadanos que ven en la educación y el deporte una forma de mitigar el daño que se extiende por todos los rincones de este país.

Soy un convencido de que lo único que hace diferente a las personas es la educación y los valores que se inculcan desde el seno familiar. Yo me pregunto, cuando un político o empresario, funcionario público, deportista, se ve inmerso en un acto ilícito, nos damos cuenta de que seguramente aprendió desde una etapa temprana en su vida a que así se construye el mundo. Hay un dicho muy arraigado entre los mexicanos: “el que no tranza, no avanza”, una verdadera pena que se adquieran estas ideas y peor, que sean llevadas a la práctica.

Hago este contexto, ya que, como lo menciono en el primer párrafo, hay instituciones que están velando por educar e inculcar valores, a través del deporte y la buena convivencia. Desde hace unos ocho meses tuve contacto con directivos de la Asociación Civil “Pumitas”, en la Ciudad de México, una institución que desde 1976 combina educación y deporte, todo en un ambiente de respeto, valores, cuyo lema lo resume todo: “Convivir más que competir”. ¿Cómo funciona? Desde las categorías de pequeños, niños y niñas, de tres años, hasta las categorías femenil y mayores, se va inculcando el gusto por el deporte, en un torneo de fútbol, donde no hay puntuaciones, se reconoce a todos los pequeños y se les estimula para que tengan logros y desarrollo personal y de equipo; todo los anterior supervisado por jóvenes universitarios, miembros de la comunidad académica de la Universidad Nacional Autónoma de México y padres de familia, cuya función es fomentar la convivencia.

Esta organización creada por el ingeniero Marco Aurelio Torres,  decano de la Facultad de Ingeniería de la máxima casa de estudios del país, y llevada con éxito en esta época por Luis de Buen, es un ejemplo de que se pueden tener buenas instituciones, donde la participación social, el trabajo comunitario, la educación y el deporte, sean las principales fortalezas que se les enseñen a las nuevas generaciones, para que posteriormente, se traduzcan en buenas acciones en favor de la sociedad.

Este y muchos ejemplos de instituciones, bien se podrían reproducir a lo largo de nuestro México, para bien de todos, sobre todo de las nuevas generaciones,  ya que el panorama actual es verdaderamente desalentador, con una violencia exacerbada, una clase política incapaz de resolver tantas variables que afectan el desarrollo, ya que no sólo se trata de hacer reformas a las leyes, sino de que éstas verdaderamente estén orientadas al beneficio social, y no sólo a favor de las mismas familias que desde hace décadas, concentran la riqueza de México. ¡Qué la pluma siga girando!

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