Azul maya. Un azul único en el mundo, legendario por ser un pigmento resistente a la humedad y al tiempo, a la luz, al ácido e incluso la corrosión. Obtenido de las hojas de índigo o añil con una mezcla de compuestos que dan como resultado ciertas variaciones de tonalidad, como el azul verdoso maravillosamente conservado que vieron mis ojos en una exposición mexicana proveniente de China: Mayas, el lenguaje de la belleza. 

Albergada en la joya arquitectónica Palacio Cantón, la muestra es un parteaguas en la historia reciente del Museo Regional de Antropología de Yucatán a cargo del INAH, un recinto que muchos ven a diario pero al cual no suelen visitar debido al desconocimiento de que las dinámicas del museo han cambiado, al igual que sus exposiciones, que pasaron de aquel estatismo que los locales bien conocemos a la itinerancia de varias exposiciones temporales que a lo largo de todo el año traen las mejores exposiciones del país y del mundo.

De las 278 piezas que conforman la exhibición, 73 pertenecen a la colección del propio museo y las restantes provienen de museos de sitio del área maya, es decir, del sureste del país. 

Esculturas, cerámicas y unos rarísimos textiles rescatados del cenote de Chichén Itzá son parte de los objetos que se pueden ver en la museografía que se compone de 4 módulos: El cuerpo como lienzo, El cuerpo revestido, La contraparte animal y Los cuerpos de la divinidad, secciones donde la curaduría procuró contrastar la representación y el objeto.

A lo largo del recorrido se pueden ver piezas atípicas y extraordinarias, algunas de las cuales nunca se habían mostrado al público y que sorprenden por su nivel de conservación, en especial los colores que perviven en la superficie de algunas esculturas, platos y vasijas. Las esculturas de bulto dan cuenta de un abanico estético amplio, diferente a lo que nosotros concebimos de “lo maya”. Su concepción de lo bello tanto en la alteración corporal como en su manera de vestir; la representación de la fauna y el culto a sus dioses, todo ello como excusa para el acto y el goce estético.

Desde una figurilla “cubista” hasta una escultura “minimalista”, lo genial es constatar nuestra ignorancia y abismarnos ante la visión para plasmar la belleza en todas sus formas, sin que esto le restara el valor utilitario, histórico o social, como es el caso de algunas estelas con bajorrelieves caligráficos cincelados con maestría, donde uno se imagina a un escribano ejecutando su arte con finura y dedicación bajo la calurosa noche estrellada iluminada sólo por las llamas de un primordial fuego prehispánico. Programada para terminarse este domingo 28 de febrero, se logró extenderla una semana hasta el 6 de marzo. Si usted es de los que hace años no visita el Palacio Cantón, vaya y maravíllese.

Conoce algunas de las piezas que se exponen en el Museo Regional de Antropología Palacio Cantón de Mérida.