Hace falta analizar las series mexicanas

Normalmente miramos y nos hacemos fans de cosas que pocas veces analizamos y que surgieron como claras críticas a la realidad en la que vivimos...

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Generalmente los programas de televisión que tienen mayores audiencias son aquellos con los que el público se identifica, ya sea en su vida diaria, ideales o aspiraciones; comento esto porque a inicios de año leí un artículo en la edición electrónica de la revista “Vice” titulado “Por qué Malcolm el de en medio es una obra maestra anticapitalista” (todavía está disponible para leer), sobre una serie de televisión estadunidense basada en una “familia pobre de inadaptados” norteamericana (para los que no la conocen).

El análisis del contenido y del discurso, firmado por Yohann Koshy, se basa en una pregunta que el autor se hace sobre si los personajes de dicho programa (del que admite ser fanático, igual que este servidor) hubieran votado en las elecciones pasadas por el presidente Donald Trump.

Malcolm es un niño superdotado con un coeficiente intelectual de 165 que convive con sus hermanos y sus padres peleoneros, por lo que Koshy concluye que “se trata realmente de la idea de que la meritocracia es una farsa, las instituciones sociales son corruptas y el trabajo asalariado es una porquería (aunque no con esta palabra exactamente)”. “Todos los personajes están condenados de una u otra forma por el mundo que los rodea”, dice.

Aunque ya no seguiré contando lo demás que dice el artículo, esperando que usted pueda leer la obra, lo cierto es que normalmente miramos y nos hacemos fans de cosas que pocas veces analizamos y que surgieron como claras críticas a la realidad en la que vivimos y en la que todos buscamos trascender  (si no ¿qué sentido tiene vivir?).

Recuerdo en la universidad cuánto me gustaba la materia de análisis del discurso, por invitar a detenerse a pensar  sobre lo que uno lee, escucha o mira para hallar el significado profundo y las ideas vertidas en las situaciones que se nos presentaran y que normalmente ya están digeridas por los emisores para una audiencia que ellos tienen definida.

Quizás el artículo no sea lo ideal que se pueda consultar sobre un análisis serio de un programa o serie de televisión, pero pienso que también me gustaría ver más este tipo de trabajos en México, en un contexto donde las narcoseries inundan las pantallas de televisión de paga y abierta.

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