Una de las tradiciones más esperadas y respetadas en Yucatán es la del Hanal Pixán o comida de las ánimas, cuando se construyen altares y se realizan ofrendas en memoria de quienes se adelantaron en el viaje eterno.

Esa manifestación de la cultura de nuestros ancestros abarca los días 31 de octubre, U Hanal Palaloob, que es la comida de los niños, y uno y dos de noviembre. El uno de noviembre, dedicado a los adultos, U Hanal Nucuch Uinicoob, o comida de los señores. El día dos es U Hanal Pixanoob, o comida de las ánimas, que es el día cuando se celebran misas en honor a los fieles difuntos.

Lástima que el sincretismo, la fusión de otras culturas, haya empezado a contaminar esa tradición con elementos de “halloween” y otros festejos.

Sería bueno no olvidar en estas actividades dejar un espacio para los periodistas asesinados en el ejercicio de su noble misión de mantener bien informada a la población.

Precisamente el dos de noviembre fue elegido por la Asamblea General de la ONU para conmemorar el “Día Internacional para poner fin a la impunidad de los crímenes contra periodistas”, un flagelo universal, que afecta a pueblos de todos los rincones del planeta.

En los últimos diez años más de 700 periodistas han sido victimados por cumplir con su labor informativa, pese a las amenazas violentas que en ocasiones devienen en muerte.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), sólo en uno de cada diez casos se ha logrado condenar al o los autores de los homicidios.

En México, según diera a conocer la Federación Internacional de Periodistas, han muerto en lo que va del presente año 8 comunicadores y califica a este país como “el más peligroso de América Latina” para el ejercicio del periodismo.

Muy triste la efeméride para todos los periodistas, que en estos momentos ya están informando a la sociedad yucateca respecto a los pormenores de nuestro Hanal Pixán, que sin la difusión del mismo no pasaría de ser un evento más, que no festejo, porque siempre es triste recordar a quienes físicamente ya no están más con nosotros.