Hilario, o el triunfo del realismo fársico
Cuando por fin habíamos encontrado un político honesto. Hilario Ramírez, de pronto sale con que estaba bromeando, que lo esculquen, que no ha robado.
Lo del ex alcalde de San Blas, hoy en campaña como candidato independiente, es una tristeza. No porque haya robado poquito y rasurado apenas el erario que era muy pobre, lo cual trae locos a los puritanos, sino porque haya reculado cuando parecía muy machín.
Si iba rebién el gran Hilario Ramírez, que parecía heredero de Fernando Soler en su papel de don Cruz Treviño de la Garza en La oveja negra (sus dichos son del tipo “Mejor me pego un tiro, porque me da miedo ser el diablo”), afirmaba que lo que una mano robaba, con la otra la repartía entre los pobres, ¡compañeros! Un grato ejemplo del comunismo primitivo y el mito de Robin Hood llevado a niveles del realismo fársico.
Cuando por fin habíamos encontrado un político honesto (la mayoría alega que son santos y austeros mientras se pasean en camionetones, viven en casas de Infonavit en Las Lomas y con sus salarios godinescos se dan vida de hijos de líder sindical petrolero), de pronto sale con que estaba bromeando, que lo esculquen, que no ha robado, que es más trabajador que Gastón Azcárraga.
Mal hecho porque ya se había ganado el aprecio del pueblo bueno que veía en él un hombre admirable que reconocía sus pequeños vicios; un pueblo que hasta la madre de los funcionarios que se dan baños de pureza, es capaz de comprender que un político tenga tentaciones y sea capaz de aceptarlo abiertamente. El “sí robé, pero poquito” lo había proyectado moralmente. Si eso hubiera dicho en su momento Raúl Salinas, aunque no fuera cierto, se le habría perdonado.
La bronca se da cuando los atracos se descubren y vemos que se olvidaron del viejo adagio: “Hay que ser trompudo pero no marrano”.
Por cosas como esa Lula da Silva anda ahí pregonando que Brasil está más desarrollado que México, esa promesa inacabada. Pero no toma en cuenta este pequeño traidor (hace muy poco le dio el espaldarazo a la Cruzada Nacional contra el Hambre de Chayito, a cambio de jugosos patrocinios y así es como paga), que acá es el único lugar donde los narcos muertos resucitan, la recesión no es recesión sino hasta que lo decide el secretario de Hacienda, y el director técnico de la Selección Nacional de panbol no sabe cómo va a parar al equipo a 10 minutos para el Mundial de Pambol.
Ya solo les digo a los brasileños que nomás por las millones de veces que en fiestas, 15 años, graduaciones y bodas se ha tocado “Disco Samba”, nomás por eso nos deberían dar chance del empate.