“Estás muy cansado, los párpados te pesan, cada vez tienes más sueño”. Es así como damos entrada a un mundo poco conocido llamado hipnosis.

Mi intención es poder escribirles acerca de la fuerza que tiene la autosugestión como una habilidad que te permitirá lograr cualquier objetivo, pero, antes de ello, deseo desentrañar los más profundos mitos que existen alrededor de la hipnosis, un acto científico y mágico por los efectos tan sorprendentes que produce, la cual es utilizada por psicólogos y médicos para el uso de sus actividades cotidianas. Claro que no falta aquel que desea utilizarla como un acto trivial para sorprender a un público o por simple charlatanería e incluso brujería.

Mucho se ha escuchado sobre las personas con “mente fuerte y mente débil”, una premisa absurda, ya que la resistencia y vulnerabilidad se basan en la voluntad. Necesitas disponerte completamente a ser hipnotizado para poder llegar a estarlo. ¿Te imaginas que pudiéramos hipnotizar a cualquiera? ¿Cuántas guerras ya nos hubiéramos ahorrado y cuántas veces más al Chapo ya hubiésemos capturado? 

La hipnosis es la disminución de la percepción de los estímulos extracorpóreos. El hipnotizado no se queda dormido, su conciencia disminuye a un grado de focalización extrema, donde su concentración lo lleva al control puro de sus percepciones nerviosas estando despierto, así como en el cine, una hipnosis cotidiana que capta tu atención al grado que puedes reír, llorar e incluso evadir objetos en 3D.

El hipnotizador es el guía y el hipnotizado quien efectúa el trabajo, como un coach y un atleta, este último sigue los consejos, pero puede decidir no hacer lo que le pide el entrenador, al igual que en la sesión de hipnosis. ¿Quieres saber hasta dónde te puede llevar la sugestión? No te pierdas el show de la próxima semana.