Confieso que he vivido ya muchas histerias colectivas, y aunque no soy un experto podría decirse que con el bagaje que porto bien sería un buen catador de estos fenómenos de masa. 

Pasados los melodramas rancheros de las autodefensas, de la captura de El Chapo, la muerte de El Chayo walking dead, la Línea 12 del Metro y el caso Oceanografía que terminará por llevar a los involucrados en Oceánica, ahora nos toca la sublime historia de la madriza en el estadio Jalisco. Ha sido tal el poder de la zacapela entre las barras de Chivas y los policías, que su reproducción mediática seguramente llevará a empresarios, panboleros y gobiernos a buscar imponer en los estadios la nueva ley antimarchas que se aprobó en la diazordacista república hermana de Quintana Roo. 

Una normatividad muy humanista que haría las delicias de Nicolás Maduro y que en China y Malasia impediría a las familias de la víctimas del avionazo exigirle información al gobierno y la línea aérea por considerarlo subversivo. 

Por supuesto, esta es la decimosexta vez que ocurre un tragedión en un estadio de futbol, y la decimosexta en que todos se ponen peor que los corifeos del gobierno peñista solo porque sus leyes secundarias en materia de telecomunicación han unido por primera vez a todos los sectores que ya están en calidad de autodefensas. Bueno, cómo estará la cosa que hasta el PAN y Los Chuchos reanimaron un minipancho por México para el Histery Channel.

Al parecer el que redactó el documento es el mismo que diseñó la Línea 12 y armó el INE, con una pequeña colaboración de quienes están especulando con los limones.

Y en medio de esta incapacidad para el “Pare de sufrir” de nuestros connacionales, vemos a un México con hambre de justicia y libertad. Más aún los panistas que con tal de salir de broncas sacaron una de sus armas secretas: el ex titular de la Segob Fernando Gómez Punk para que defienda al dueño de Oceanografía, Amado Yáñez, no los vayan a agarrar a todos con los dedos en la puerta de las complicidades. Claro que cuando la PGR anunció que había alguien con “la típica actitud delictiva”, no tenías claridad si se trataba del buen Amado, si era la pareja sensación, Ortega y Zambrano, o todo el sistema Cutzamala.

Ya para el horario triple A del Histery Channel tenemos al señor Vergara, que se le ocurrió vetar para siempre a las barras del chiverío. Mal hecho, ya lo dice el gran Trino Monero: al estadio Omnilife solo lo llena Paul McCartney.