Dos historiadores, un maestro y su discípulo, se dan cita una vez al mes en el mismo restaurante, su plática gira alrededor de la escritura de ambos: los libros de uno, los artículos periodísticos del otro.

La temática de la conversación sufre un giro inesperado cuando al leer una nota periodística acerca de un “polígamo monumental”, se desata el deseo del historiador septuagenario de contar su propia historia; el joven alumno se convierte en el perfecto interlocutor, paciente y atento a cada palabra. En cada cita el maestro relata, al mismo tiempo que recuerda, un trozo de su vida, dejando pendiente algo por contar, de manera que tanto el alumno como nosotros sus lectores permanecemos en vilo hasta el próximo almuerzo/capítulo en donde se reanuda la narración.

Al final del libro una Nota del autor nos aclara: “Las mujeres de Adriano es una novela de la vida secreta, esa que no aparece ante los ojos de nadie, [...] y que sin embargo forma el eje de la existencia de cada uno. Su tema es la diversidad amorosa, el hecho de que hombres y mujeres tienen distintos amores a lo largo de sus días, amores completos, intransferibles e incomparables entre sí”. 

En sus 203 páginas encontrarás a cinco mujeres que entran y salen de la vida del historiador de manera reincidente, los recuerdos, en cambio, permanecen; aquí te dejo algunos pensando que te animarán a leerle: 

“La vida formula tarde lo que sabe temprano, necesita muchos años para decir lo que sintió en los primeros”.

“Vestimos al deseo de nombres propios y lo llamamos amor”.

“... la felicidad no tiene la buena memoria de la desdicha, no tiene palabras ni historia, sólo suspiros y risas, tiempo detenido”.

La novela la escribió Héctor Aguilar Camín, originario de Chetumal, Quintana Roo, historiador, periodista, editor y novelista. Ha dirigido la revista Nexos y la Editorial Cal y Arena. Ha obtenido diversos reconocimientos por su trayectoria tanto periodística como literaria.