Cuando murió el escritor Leopoldo Peniche Vallado (1908-2000), un vacío oscuro y desolador se adueñó del Teatro Yucateco. Nadie se atrevía a alzar su voz en la escena por los desheredados de nuestra raza maya. Tal parecía que los problemas ancestrales de injusticia y pobreza, tan vigentes hoy en todo México, habían sido silenciados para siempre.

Y he aquí que a cien años del gobierno del general Salvador Alvarado, que vino a acabar con la esclavitud de los campesinos mayas de Yucatán, se alza la  vigorosa voz de la dramaturga y actriz Conchi León para denunciar las injusticias y vejaciones sufridas por el pueblo maya de ayer, de hoy y de siempre. Obra en la que se evoca la resistencia estoica del caudillo rebelde Jacinto Canek y las palabras sabias del pensador yucateco Ermilo Abreu Gómez.

Con sólo cuatro actores en escena (la propia autora, Raúl Niño, Alejandra Argoitia y Osvaldo Ferrer), apoyados por el uso de tres botargas, el desgarrador drama recreado por Conchi León nos estrujó el alma a los espectadores que colmamos el Teatro Daniel Ayala, el pasado lunes 15 de agosto de 2016, para ver caer el telón final del Festival Wilberto Cantón, auspiciado por la Secretaría de la Cultura y las Artes del Gobierno del Estado.

En 2001, yo mismo abordé el abominable 'derecho de pernada' en mi drama en verso 'La Noche del jaguar', que fue estrenado en el Teatro Peón Contreras, en junio de 2008, en  la noche inaugural del Festival Wilberto Cantón, y  luego fue presentado en el Teatro del IMSS para alumnos de secundaria, en temporada de 80 funciones auspiciada por la SEP.  Estas  vigorosas 'Historias de Henequén' merecen correr igual o mejor suerte.