Homicidio, cortesía de la policía

Un policía estatal acribilló a un pandillero de 16 años en una colonia popular de Chetumal...

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Un policía estatal acribilló a un pandillero de 16 años en una colonia popular de Chetumal. Se trata de un hecho condenable a todas luces, ya que se excedió en sus atribuciones al cazar al muchacho cuando se había refugiado en su vivienda, acompañado por su pareja con tres meses de embarazo.

El policía introdujo su escopeta por una rendija, prácticamente fuera de control y dejando al descubierto las limitaciones una policía que no está capacitada para enfrentar el estrés y la ira, cometiendo actos lamentables que mantienen en la mira a una corporación tan mal coordinada por el titular de Seguridad Pública, Carlos Bibiano Villa Castillo.

Nada justifica el ataque bestial con todas las agravantes, ya que el pandillero se había refugiado en su casa y no contaba con un arma de fuego, aunque pudo agredir e irritar a algunos patrulleros. Pero la reacción fue bárbara, como si nuestra policía hubiese enfrentado al mismo Osama bin Laden.

Nuestras policías incurren en excesos con mucha frecuencia, cometiendo delitos sorprendentes, como cuando un policía municipal preventivo violó a una mujer que estaba acompañada por su pareja en el bulevar, contando con la colaboración de otro policía que se apoderó de objetos de valor.

No basta que nuestros policías sean sometidos a pruebas de control de confianza que pueden dar luz verde a los malosos, desechando a los buenos elementos que pueden ser presa del nerviosismo.

Es obligada la revisión de perfiles, sometiendo a riguroso escrutinio el comportamiento de estos elementos en cuyas manos descansa nuestra seguridad, muy deteriorada en estos tiempos.

Este abominable homicidio debe despertar de su sueño prolongado a la Comisión Estatal de Derechos Humanos, aunque se trate de un caso muy delicado que la obligue a permanecer al margen, como en tantos casos en los que ha brillado por su ausencia.

Ante todo,  los niveles de efectividad y confiabilidad de nuestras policías son puestos en entredicho por este tipo de conductas delictivas que exigen al máximo a la Procuraduría de Justicia del Estado.

De Abuxapqui a Carlos Mario

Y hablando ahora del Ayuntamiento, el alcalde capitalino Eduardo Espinosa Abuxapqui se ha dado a la tediosa tarea de sacar a flote las evidencias del naufragio de su antecesor, Carlos Mario Villanueva Tenorio, quien fracasó en todos los frentes y ha pasado a la historia como un político fallido.

Abuxapqui tiene material de sobra para entretener en estas semanas a gran parte de la población, aunque las demandas sociales son permanentes porque fueron descuidados todas las áreas de esa administración.

Y el trabajo es en verdad abrumador para el nuevo equipo.

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